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Hiram farero de mazatlán

MAZATLÁN. – Cientos de historias se cuentan en torno al trabajo de los fareros del Cerro del Crestón, en Mazatlán, que si han visto ovnis o han presenciado algún evento paranormal, pero su oficio va más allá de ser un “velador o guardia de seguridad”, en sus manos recae la responsabilidad de salvar vidas.

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Hiram Guzmán es uno de ellos, desde hace tres años su misión es ser guardián de la costa de Mazatlán, en la cima de uno de los faros más grandes del mundo.

Él consiguió este trabajo luego de ser candidato durante 6 años y su amor por este oficio nació en una reunión con amigos, una reunión a la que afortunadamente llegó una persona que solía trabajar como farero. Al ser algo nuevo e interesante para él, decidió indagar más y aventurarse a una nueva experiencia dejando su antiguo trabajo atrás.

“Tenía una profesión y me planteé dedicarme a esto. Estuve trabajando en otro lugar por 6 años, pero cuando tuve la oportunidad, mi corazón comenzó a palpitar y dije vámonos. Me despedí de mis jefes, les dije muchas gracias, pero yo me retiro a algo mejor”.

Expresa que este trabajo le ha llenado de satisfacción al reconocerse como una actividad dirigida a ayudar a los trabajadores de altamar. Se mantiene al pendiente de cualquier emergencia que se pueda suscitar en el ambiente marino.

“En 2021 en un lapso de 15 días me tocó escuchar unas señales de auxilio de dos barcos camaroneros que se estaban quemando, entonces los ayudé, esa es mi misión, se les brindó la ayuda y después de algunos días, las personas que fueron rescatadas vinieron y me trajeron un arcon navideño y un ramo de flores y eso para mí fue una paga que me llena más que el dinero”, relató.

Hiram cuenta que la vida en el faro tiene ventajas y desventajas, aunque muy pocas de esta última. Entre las ventajas se encuentra la conexión íntima que establece con la naturaleza y la amistad que se crea con las personas que diariamente suben a la cima con el objetivo de hacer ejercicio.

Debemos saber que no todos los faros del mundo son turísticos como el que tenemos en la ciudad, por lo que los fareros de Mazatlán pasan la mayor parte de su turno teniendo contacto con locales y turistas.

Explica que la luz del faro permite la localización de la tierra y permiten a los navegantes saber en qué lugar se encuentran, pues cada faro emite una señal lumínica única. De hecho, el faro de Mazatlán se modernizó y cambió de lentes fresnel a luz led, una remodelación que permite que la luz alcance 30 millas marítimas, lo que equivale a 55 kilómetros con 560 metros de amplitud de radio.

Para saber

A los hombres que se ocupan de mantenerlos y de vigilar su funcionamiento se les llama comúnmente farero, aunque tenemos que advertir que se llamó oficialmente de una manera mucho menos romántica, técnicos de sistemas de ayuda a la navegación.

Sobre el faro

Hace muchos años, la Isla de Crestón empezó a usarse como señalamiento marítimo. En su parte más alta, se instalaron una serie de antorchas a base de madera y carbón para «iluminar» el camino de los barcos.

Con el pasar de los años se decidió construir una pequeña torre donde se colocó una lámpara alimentada de gas. También se instaló un lente más grande, capaz de capturar una luz muchísimo más intensa y prominente.

De esa manera los navegantes podían verlo a grandes distancias y saber que estaban próximos a llegar a la costa de Mazatlán.

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