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Concordia Sinaloa

MAZATLÁN. – Sabemos que has visitado en muchas ocasiones Concordia, que lo consideras la casa del raspado y también el lugar con el mejor pay de plátano o donde se hacen los muebles más resistentes, pero, ¿Qué sabes de su historia?, ¿Sabías que tiene una mezcla entre indígenas, españoles y franceses? Si quieres saberlo, continua leyendo.

Historia

De inicio, la zona que hoy conocemos como Concordia era habitada por los zuaques, ocoronis, tehuecos, tahues, totorames, xiximes y acaxes, entre otros no menos importantes. Su presencia estaba entre el Cerro de los Monos y en La Petaca, que fueron descubiertos por las pinturas rupestres que dejaron en su andar.

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Fue después del descubrimiento del explorador Francisco Ibarra que lo denominaron Villa de San Sebastián, en 1565, y para 1828 cambia a ser Concordia, por un decreto expedido por la Legislatura del estado de Occidente.

Concordia se caracteriza por ser una población tradicional, de reducto colonial, de actividad minera. El nombre de este municipio, según los archivos históricos se debe a acuerdos pacíficos que tuvieron lugar ahí entre dos hermandades masónicas rivales.

La ciudad de Concordia guarda en su pasado innumerables historias, desde la época prehispánica, colonial, de la Independencia y de la invasión francesa en el año de 1864 y 1865. Una de las obras arquitectónicas que dan fe de este pasado es su Iglesia o Templo de San Sebastián, aunque se sabe muy poco acerca de su construcción, es probable que iniciara en el año 1700 y concluye en 1765 por orden de Don Francisco Javier Vizcarra, Marqués de Pánuco.

Su diseño arquitectónico lo convierte en uno de los más bellos templos erigidos en el estado, su fachada de estilo barroco sobrio, el cual está hecho totalmente de cantera, nos traslada a la época colonial de donde surgieron los más refinados arquitectos y artistas que ornamentaron este templo y otros más de la Ruta Religiosa de Occidente a cargo de Jesuitas y Franciscanos.

Foto: Mazatlán Interactivo

Estatuas degolladas

¿Sabías que en los alrededores de la parroquia hay dos estatuas degolladas? La gente cuenta que son las estatuas de los fundadores y benefactores de la iglesia, Don Isidro Arellano, un rico minero de Pánuco que aportó gran parte de su fortuna para la construcción del templo, y Don Francisco Javier Vizcarra, Marqués de Pánuco y también diseñador de la Iglesia.

Otros creen que durante la invasión francesa donde se ejecutó “La quema de Concordia” los franceses les arrancaron la cabeza cuando llegaron a la cabecera municipal y de ahí hicieron todo tipo de atrocidades contra los pobladores, estas cabezas hechas de piedra sólida jamás volvieron a encontrarse y así se perdió la verdadera identidad de las estatuas. Aunque muchas de las hipótesis apuntan a que el deterioro por el implacable paso del tiempo cobró factura y se fueron desintegrando.

El hogar de los raspados

Concordia es visitado, en gran parte por mazatlecos, no solo por su cercanía, sino por sus raspados, no hay iguales a estos, de ciruela o de leche quemada, la gente visita este lugar en temporada de calor para refrescarse.

Un municipio mueblero

Los archivos históricos no especifican la fecha exacta en la que Concordia volteó sus ojos de la minería a los muebles, se dice que, al formar parte de la Sierra Madre Occidental, tenían acceso a las zonas altas de Sinaloa, y en los límites con Durango eran acreedores de árboles grandes y frondosos que tendrían una importante utilidad para la zona.

Los muebles de Concordia son conocidos por duraderos, hechos de buena madera y, sobre todo, a precios de fábrica o de precio menor a los de una mueblería de cadena, pero de mejor calidad. Actualmente son pocas las mueblerías que continúan con la actividad, especialmente en Mesillas, que entre sus calles hay tienda tras tienda de muebles.

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