La Catedral, una joya arquitectónica gótica y neoclásica de Mazatlán  

MAZATLÁN. – La Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción de Mazatlán es sin duda uno de los sitios más importantes para todos los mazatlecos y para los turistas, una joya arquitectónica que no pueden dejar de visitar. Esta se encuentra en el centro, en el corazón del puerto y es la sede de la Diócesis de Mazatlán.  

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La patrona de la parroquia es la Purísima Concepción y obtuvo el título de Catedral Basílica en 1937; pero la construcción de esta se remonta al siglo XIX. De hecho, su edificación fue posible a las cuantiosas contribuciones económicas que otorgaron los principales comerciantes e industriales católicos de la ciudad. Uno de los principales benefactores en esta etapa, fue don Pedro Echeguren y de la Quintana, originario de la ciudad de San Sebastián, España, que era uno de los hombres más ricos de la región, sí, los antiguos dueños de la Quinta Echeguren.  

Esta imponente catedral fue diseñada y construida por Estanislao León, quien murió en las etapas finales de la construcción.  

Las majestuosas torres se empezaron a levantar en el año de 1893 la primera de ellas se concluyó el 6 de abril de 1894 y el resto a los otros pocos meses después. Estas torres, originalmente fueron diseñadas por el eminente constructor Natividad González, pero debido a un desacuerdo sobre asuntos técnicos con el párroco padre García, no llegó a terminarlas. 

Estilo gótico, barroco y neoclásico 

El interior del edificio, si bien presenta también elementos propios del estilo neogótico, presenta también algunos de influencia neoclásica; esta mezcla de estilos debido a las ideas academizantes del arte ecléctico, muy de moda en ese entonces. 

En su fachada principal, se encuentra un acogedor pórtico (lo que es algo inusual de encontrar en las grandes catedrales mexicanas), del que sobresalen tres arcos aristados que le dan una elegancia muy especial. En sus paredes laterales y del pórtico se pueden admirar cuatro grandes esculturas que representan a los evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan.  

Cuenta con una cúpula octogonal con linternilla, coronada por una cruz de hierro. Las torres son de dos cuerpos y presentan remates en forma de prismas truncados, los cuales son coronados por una cruz. La portada de la catedral consta de tres arcos ojivales, de fuerte acento neogótico, los cuales sirven de portón de acceso al arco principal, de medio punto y sostenido por pilastras, las cuales sostienen el frontón triangular. 

Las dos torres y su cúpula exterior, están recubiertas por azulejos de color amarillo de manufactura europea. En el altar principal, de refinado estilo gótico, se encuentran un conjunto de bellísimas estatuas de santos y ángeles de mármol.  

La catedral tiene cuatro altares laterales, dos de ellos a los lados del altar principal y los dos restantes a los costados de la entrada principal, sus diseños son Neoclásicos y están consagrados en honor a nuestra Señora del Santo Rosario, el Sagrado Corazón de Jesús, Nuestro Señor San José y Nuestra Señora de Guadalupe. 

Sin embargo, la joya de este recinto es su grandioso órgano construido en París por el fabricante Aristide Cavaillie-Coll (1811-1899) y aunque en los archivos de la catedral no se señala en qué fecha se adquirió este instrumento musical, información periodística de la época indica que el día 17 de mayo de 1899 el órgano fue tocado por primera vez, deleitando a la sociedad católica del puerto. 

La primera misa 

La primera misa pública se celebró el 7 de mayo de 1880, pero hasta el día siete de mayo de 1899 no se realizó la bendición del templo y la consagración de los diversos altares interiores, ceremonia a la que asistieron como padrinos algunas de las familias más notables de la ciudad. 

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