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MAZATLÁN.- Atravesando la carretera Mazatlán-Durango, encontrarás túneles y vistas impresionantes por la Sierra Madre Occidental, pero sin duda, algo que deja boquiabierto a quien lo recorre por primera vez es el monumental puente Baluarte Bicentenario, el más grande del continente americano. 

Iniciaron su construcción en 2008 y fue inaugurado hasta 2012, se encuentra a 402 mil 57 metros de altura y atraviesa el famoso “Espinazo del Diablo”; tiene una longitud de mil 112 metros y un ancho de 20 metros. 

En su parte central cruza un barranco de una altura de 390 metros debajo de la cubierta; esto es poco más alto que la famosa Torre Eiffel, en París, Francia, impresionante ¿no?

Espera, ahí no terminamos, el puente Baluarte es el sexto más elevado del mundo, tan solo después de cinco puentes en China, que van desde los 565 metros hasta los 406 metros de altura. En el caso del mexicano, las dos torres sustentan los 152 tirantes que soportan la base, que se asientan en dos pilas, siendo la altura total de estos pilares de 150 metros. 

El origen del nombre 

La denominación de Baluarte Bicentenario es debido por dos cosas, el primero, honrando el nombre de uno en los 11 ríos del estado y el segundo, por los 200 años transcurridos desde la independencia de México de España en 1810. 

Originalmente se pretendía que el puente fuera inaugurado en 2010, año del Bicentenario, sin embargo, la obra se retrasó y fue inaugurada dos años después, estando abierta al público hasta 2013.

El Puente tuvo una inversión total de unos unos 2 mil millones de pesos, que fue recurso meramente federal, siendo el atractivo principal de la “súper carretera” que tanto presumen autoridades de los ambos estados que cruza. 

Es esta autopista la que ha logrado que el tiempo se reduzca de 12  horas que se acostumbraban a un aproximado de 3 a 4 horas, y en un viaje en coche de dos horas y media en comparación a las anteriores. 

Incluso, cuando se inauguró, decenas de familias mazatlecas iban y recorrían esta súper carretera, pues en un inicio, las casetas no tenían costo, precisamente con la intención de que ciudadanos de ambos estados conocieran los atractivos turísticos de la región. 

Con el paso de los años se ha convertido en la conectividad principal de Sinaloa, a través del  corredor económico del norte, elevando plusvalía, desarrollo y mayor ingreso económico que ha sido un parteaguas para atraer la inversión y proyectos que no se vislumbraban, entre ellos, la apertura del sector industrial con el Parque Aeroespacial y el corredor T-MEC.

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