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Leyendas de Mazatlán

MAZATLÁN. – Halloween está a la vuelta de la esquina y para irnos poniendo en el mood de terror, te vamos a contar una de las leyendas más famosas del puerto de Mazatlán. Se trata de la leyenda de «El Catrín del antiguo barrio Covarrubias».  

Quizás el nombre de la leyenda no cause mucho miedo, pero te aseguramos que esta historia seguramente te pondrá la piel chinita y si te gusta el Carnaval es probable que no lo vuelvas a ver con los mismos ojos.  

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La leyenda dice más o menos así…Hace algunos años, durante la primera mitad del siglo XX, existía una curiosa figura vestida de traje con pantalón a rayas, sombrero y bombín, la vestimenta característica de un catrín.

¿Qué es un catrín? Es necesario saber que un Catrín no es similar a La Catrina, la figura que representa a la «muerte mexicana».

Catrín era el término que se utilizaba para los hombres que se vestían de manera elegante y eran de una clase social alta. La característica, principal de estas personas, era que les encantaba presumirlo.  

Se decía que este sospechoso personaje se paseaba por las noches entre las calles y callejones de la zona que forman el paseo del Centenario, la calle de la Cruz y la Venustiano Carranza, que en aquellos tiempos formaban el Barrio de la Covarrubias.  

Su principal atributo, aparte de la vestimenta que le dio su nombre, era que en vez de un rostro llevaba una sombra oscura debajo de su sombrero, o bueno eso era lo que las personas asustadizas contaban.  

Según en aquella época, atacaba principalmente a los niños y jóvenes que salían de fiesta durante el Carnaval, siendo bastante común que muchos desaparecieran durante las fiestas del carnestolendas.

Se dice que se les veía en compañía de un extraño hombre (el catrín) que de alguna forma los atraía hacia él, una vez que lograba obtener su confianza se perdían hacía la cueva que se encuentra sobre el Paseo Claussen, mejor conocida como la Cueva del Diablo, de donde ya no volvían a salir. 

Esta fue una de las razones por las cuales la famosa cueva del diablo se convirtió en un sinónimo de peligro y terror, pues la leyenda del catrín hizo que esta cueva que originalmente se utilizaba como bodega para guardar dinamita a principios del siglo XX pasara a ser en un sitio que la ciudadanía evitaba a toda costa e incluso, durante los carnavales las personas preferían no festejar en dicha zona para no ser “encantados” por el Catrín de la Covarrubias. 

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