Maleconeando
María y Javier encuentran la felicidad de la vida rodando en su moto
El mundo baiker cada día crece más en nuestro país, y en la Semana de la Moto, podemos notar a más mujeres dentro de esta actividad
MAZATLÁN. – Para María y Javier, viajar en su moto es lo que los hace felicies y ahí encuentran un poco del sentido de su vida.
Ambos están de paso en Mazatlán con motivo de la Semana Internacional de la Moto 2022, y no son los únicos, con el paso del tiempo el evento ha crecido en el puerto. Los aficionados viajan en caravanas, en solitario o en pareja, algunos hacen hasta un día completo en llegar, otros un par de horas.
Que haya eventos como la Semana de la Moto los invita a rodar, sino cualquier pretexto es bueno para salir a carretera y deleitarse con imponentes paisajes.
María Arleth Amador Monrroy empezó a rodar después de su divorcio.
“Fue hace nueve años que comencé a rodar, después de mi divorcio dije ‘tengo que hacer algo que me guste en verdad’, aprendí andar en moto primero en una 150, y después en una 800 y aquí seguimos bien feliz, contenta, venimos rodando desde Guadalajara”,expresó María.
Año tras año visita el evento de la Semana de la Moto, ya que el destino la ha cautivado el sol, playa y otros lugares con los que cuenta el puerto, además que antes aprovechan el vije para visitar otros destinos cercanos, como Durango.
“Venimos rodando, es el chiste rodar, no traer la moto en la camioneta, nos gusta venir y saludar a los amigos, además comprar lo que ocupamos para las motos”, dijo.
María, junto con otras mujeres, estará participando en la rodada la Ola Rosa por el Malecón de Mazatlán culminando en la fiesta de playa MBP.
Por otra parte, Javier Galván se vino rodando desde Ciudad Victoria, Tamaulipas, junto con su esposa y un grupo de amigos que también vienen acompañados de sus señoras, rodando durante 11 horas hacía El Salto, donde durmieron, y posteriormente siguieron su marcha al puerto de Mazatlán.
Desde que conformaron su Moto Club denominados “Viejos Gordos”, hace cinco años, han venido a las celebraciones de la Semana de la Moto de Mazatlán, no solamente por la fiesta motorizada, sino por las dulzuras que entrega la ciudad.
“Mazatlán enamora por completo, venimos un día o máximo dos al evento, y después andamos por toda la ciudad disfrutando de cada rincón con el que cuentan, la comida es muy rica”, dijo el motociclista.
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