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monasterium gin

MAZATLÁN. – En la vida, todos compartimos el anhelo de perseguir nuestros sueños y hacerlos realidad. Así es como nació la actual sensación en La Perla del Pacífico, Monasterium Dry Gin, un gin mexicano y un orgullo sinaloense, creado a partir de sueños, dedicación, pasión y amor.  

Luis Quiñones, un joven mazatleco egresado de la Universidad Autónoma de Sinaloa como Ingeniero Agrónomo, comenzó hace tres años a soñar con la elaboración de ginebra en casa. Inicialmente, importó un alambique de aproximadamente 5 litros y posteriormente, aumentó sus ambiciones al adquirir uno de 25 litros.

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La asociación con una persona marcó el inicio de una travesía conjunta en la industria, que culminó con la adquisición de una destilería de 250 litros, importada de España.

Foto: Aarón Osuna

«Todo empezó como un hobby para elaborar Ginebra en casa, pero vimos que las cosas crecían y decidimos, mi socio y yo, traer la destilería más grande. Somos dos navegantes en este barco», destacó Luis.  

La pequeña fábrica, un rincón encantador donde los sueños se vuelven realidad y la magia se entrelaza con la realidad, alberga Monasterium Dry Gin, está ubicada en la carretera a El Recodo, en el poblado de Lomas de Monterrey.

Con cinco años de experiencia como jefe cervecero, Luis decidió perseguir sus sueños, dejando atrás su trabajo anterior. Hace tres años dio sus primeros pasos en el mundo de la ginebra, y dos años después, fundó su empresa. Esta aventura le ha dejado grandes aprendizajes y sabores.  

El emprendedor mazatleco abrió las puertas de su fábrica de sueños a Punto MX, donde mostró su negocio que ha cautivado a la sociedad y que aspira a traspasar fronteras en el proceso de destilación.  

Foto: Aarón Osuna

Invertir en un producto siempre implica desafíos por enfrentar, y este fue el caso de Luis y su socio Jaime Ramírez.

La destilería cuenta con 10 botánicos cuidadosamente destilados en alambiques de cobre español, exportados desde lugares como Serbia, Egipto e India. Algunos de ellos incluyen enebro, pétalos de rosas, regaliz, cassia y lavanda.  

«La Ginebras es a base de un alcohol neutro y principalmente de una planta llamada enebro, el fruto del enebro son las nebrinas o «gálbulas» de enebro, las cuales se maceran con otros botánicos aromáticos entre 24 y 72 horas, dependiendo de la receta a destilar. El proceso es tal cual el de un perfume; se agregan los botánicos a la caldera en un alcohol neutro diluido, se deja pasar el tiempo determinado para su maceración y una vez listo el proceso de macerado se prende el fuego en caldera y comienza la destilación», expresó.

¿Cómo se puede tomar?  

En cuanto a cómo disfrutarlo, Monasterium Dry Gin ofrece una experiencia sencilla y placentera. Un Gin Tonic o Gin Sonic, mitad agua tónica y mitad agua mineral, una onza y media de Monasterium Dry Gin, abundante hielo, y un toque de romero o limón amarillo.

Por lo regular, es un proceso en el cual el destilado se baja a más de -3° centígrados, compartió Luis, y se centrífuga por filtros de papel, disminuyendo así la carga botánica del destilado final, como resultado obteniendo una ginebra filtrada que siempre será cristalina.

Monasterium Dry Gin, un toque diferente al resto  

A diferencia de las ginebras comerciales, que suelen filtrarse en frío, el Monasterium Dry Gin presenta un toque especial.  

“Nuestro Gin no se filtra en frío, al servir Monasterium Dry Gin y diluirlo en agua y hielos, éste adquiere un color aperlado o azulado, ésto por la alta carga botánica que se le invierte. Nosotros estamos orgullosos de que Monasterium no esté filtrado en frío. El producto final es un Gin tal cual sale del alambique, dando como resultado un perfume, un destilado increíble que sin duda disfrutarás en copa”, resaltó. 

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