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CIUDAD DE MÉXICO.- La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) tomó la decisión de mantener la tasa de interés de referencia en 11.25 por ciento por cuarta ocasión consecutiva. Sin embargo, esta decisión viene acompañada de un ajuste significativo en las perspectivas de inflación, proyectando ahora que convergerá a la meta hasta el segundo trimestre de 2025. 

En el comunicado emitido, la autoridad monetaria enfatiza la necesidad de mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado.  

Este tono más restrictivo ha llevado a los analistas a considerar que el inicio de recortes a la tasa podría retrasarse, y algunos incluso sugieren que esto podría ocurrir hasta la segunda mitad del próximo año. 

El Banco de México ha señalado que, a pesar de los avances en el proceso desinflacionario, el panorama continúa siendo complejo. Las perspectivas de inflación se han ajustado al alza para todo el horizonte, reflejando una disminución más gradual de lo previamente estimado. Se prevé que la inflación converja a la meta en el segundo trimestre de 2025. 

Las estimaciones del Banco de México para la inflación son las siguientes: 

  • Para la inflación general, se estima que cerrará el año en 4.7 por ciento, en comparación con el 4.6 por ciento previo. 
  • En 2024, se proyecta que la inflación general culminará en 3.4 por ciento, desde el 3.1 por ciento anterior. 
  • Respecto a la inflación subyacente, se anticipa que finalizará este año en 5.3 por ciento, superando el 5.1 por ciento previo. 
  • Para 2024, el pronóstico de inflación subyacente se ha revisado al alza a 3.3 por ciento, desde el 3.1 por ciento previo. 

Qué dicen los expertos 

Analistas del Grupo Financiero Banorte han destacado el tono más «hawkish» del comunicado, en parte debido a la revisión al alza de la trayectoria de inflación y al retraso de dos trimestres en la convergencia al objetivo, que pasa del cuarto trimestre de 2024 al segundo trimestre de 2025. 

A pesar de estos ajustes, no se hizo referencia a las posibles presiones inflacionarias derivadas de la propuesta de presupuesto para 2024.  

Los factores de riesgo mencionados incluyen la persistencia de una elevada inflación subyacente, una depreciación cambiaria, mayores presiones de costos y la posibilidad de que la resiliencia económica impacte en una reducción de la inflación de manera más gradual, así como presiones en los precios de energéticos o agropecuarios. 

En el lado de los riesgos a la baja se encuentran una desaceleración de la economía global mayor a la anticipada, un menor traspaso de algunas presiones de costos y la posibilidad de que la apreciación del tipo de cambio contribuya más de lo esperado a mitigar ciertas presiones sobre la inflación.  

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