Esperanzadora, emotiva y perseverante, así es la vida de Chema Robles, ‘El fotógrafo de 10 pesitos’

MAZATLÁN.- Su nombre es José María Robles, pero lo conocen popularmente como Chema o “El fotógrafo de 10 pesitos“, y es que ese fue el precio que comenzó a cobrar a quienes le pedían fotos en el Malecón, en el atardecer o simplemente para tener un recuerdo familiar de la belleza de Mazatlán.   

La vida de Chema es un ejemplo de que a pesar de la adversidad, hay esperanza, y aquí te lo vamos a contar.

La esclerosis  

Para Chema, tener esclerosis múltiple, una rara enfermedad que ataca principalmente al sistema nervioso, no es un impedimento para buscar salir adelante en la vida, y que mejor que haciendo lo que más le gusta: la fotografía.

Es originario de Autlán de Navarro, Jalisco, México. Llegó a Mazatlán hace 4 años, un año después se le diagnosticó la enfermedad. A sus 25 años ha aprendido a lidiar con la enfermedad y tratar de vivir una vida lo más normal posible.  

Tenía sueños, ser fotógrafo profesional era su objetivo. Lamentablemente el llegar tarde a un examen de admisión en la Universidad Autónoma de Guadalajara le cerró las puertas a ese sueño, pero sólo de forma temporal… más tarde lo haría la esclerosis.  

¿Cómo se enteró? Cuenta que fue hasta que cumplió la mayoría de edad que supo sobre su padecimiento, pues su cuerpo comenzaba a presentar síntomas que lo alarmaron.  

Cansancio, quedarse sin fuerza en los brazos, problemas al caminar fueron los primeros síntomas que lo aquejaron, pero estos, iban y venían con el tiempo. No fue hasta que comenzaron a intensificarse a tal grado de dejar a Chema sin poder caminar y sin tener buena visión de su ojo derecho.  

“Todo era normal, pero después comencé con pequeños signos que me preocuparon. En ese momento no sabía lo que tenía, a parte que un día los sentía y otros no, por lo que no le daba importancia”.  

Fue hasta los 22 años que se hizo una resonancia magnética debido a que su salud estaba empeorando, ya no podía caminar. Una acción tan cotidiana como andar sobre sus dos pies pasó a ser todo un reto. La noticia de su enfermedad fue algo que ni él ni su familia se esperaban. De pronto un montón de preguntas los invadieron ¿Qué es eso?, ¿De qué se trata?, ¿Tiene cura?  

Y no, la esclerosis múltiple no tiene cura, es una enfermedad crónica degenerativa que empeora conforme pasan los años, pero con un buen tratamiento puede garantizar una buena calidad de vida.  

Los protocolos de salud, como él los llama, son costosos, pues constantemente tiene que realizarse estudios, pero afortunadamente obtuvo el apoyo por parte de una fundación que lo ayuda a costear una parte del tratamiento, pero los gastos de los medicamentos para las enfermedades secundarias derivadas de su padecimiento corren por su cuenta.  

Su empleo formal y el Covid-19  

Tras a haber recuperado su movilidad luego de muchas terapias, Chema se sentía listo para salir adelante, el trabajar era parte de su plan, puesto que su intento fallido por estudiar la licenciatura seguía frustrado. ¿Qué hizo? Tiempo atrás había escuchado de un programa de ayuda para jóvenes: Jóvenes Construyendo el Futuro y decidió inscribirse. Fue así como comenzó a trabajar en un hotel en el área de mantenimiento.  

Sin embargo, con la llegada de la pandemia de Covid-19 provocó que el puerto de Mazatlán tuviese un confinamiento de tres meses, debido a eso Chema ya no pudo seguir trabajando. ¿Qué debía hacer? No tenía muchas opciones, la economía de su familia al igual de los muchos mazatlecos estaba gravemente afectada, pero un día así sin más se le ocurrió una idea que hasta el día hoy es trabajo.  

Nace «El fotógrafo de 10 pesitos«

Apasionado a la fotografía desde la prepa, lo único que tenía de valor en ese entonces era una cámara viejita ¿Empeñarla? Era la pregunta que más paseaba por su cabeza ya que se estaba quedando sin dinero, pero no decidió probar suerte como fotógrafo.  

Una vez que se reaperturó el turismo, el malecón fue el lugar que Chema eligió para iniciar con su nuevo proyecto. Su cámara réflex y una cartulina donde ofrecía fotos por 10 pesos fueron las herramientas con la echó a andar su sueño. 

“Lo único que tenía de valor era mi cámara y con esa cámara viejita inició el proyecto. Hice un cartel que decía fotos por diez pesitos, tengo esclerosis. Recuerdo que pensé que sea lo que Dios quiera.”  

Cuenta que al inicio nadie le hacía caso. No tuvo ni un solo cliente en su primera semana, y aunque el panorama no pintaba bien, su determinación por salir adelante le permitió seguir adelante hasta que un día alguien finalmente leyó ese cartel y le pidió una foto.  

“Pasaron 7 días, la gente no me hacía caso hasta que una familia por fin me pidió una fotografía, mi esperanza nunca murió”.  

A partir de ese momento, la presencia de Chema Robles comenzó a notarse, tener un recuerdo de Mazatlán por solo 10 pesos era algo que las personas no estaban dispuestas dejar pasar. Poco a poco se hizo popular en redes sociales, pues las personas se sentían conmovidas por su sencillez y personalidad tan cálida. Su popularidad llegó a tal punto de que ahora las familias lo buscaban a él para sesiones de fotos. Fue así como turistas y locales lo bautizaron como «El fotógrafo de 10 pesitos».  

Su historia llamó la atención 

Turistas y locales no eran los únicos que habían escuchado del fotógrafo de 10 pesitos, sino que la noticia de que hacía fotos para poder costear sus medicamentos de la esclerosis llegó hasta Nikon México. Conmovidos por su historia y por sus ganas de salir adelante decidieron obsequiarle una cámara de último modelo para que pudiera seguir sus sueños.  

“No lo podía creer, pedí una cámara sencilla y ellos me mandaron una de las más nuevas. Estoy muy agradecido”. 

Chema tiene su futuro claro: quiere ser un buen fotógrafo y poco a poco estudiar alguna especialidad en el tema de sociales, mientras eso sucede lo puedes encontrar en el Monumento al Pescador en el malecón de Mazatlán. Ahí estará Chema listo con su cámara y su cartel para tomarte unas preciosas fotos de tus vacaciones o paseo.  

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