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MAZATLÁN.- La Navidad y el cierre del año no serán momentos de felicidad para todos. Algunos experimentarán momentos difíciles, como es el caso de los pescadores de altamar, quienes enfrentan desafíos más que complicados, según destacó Jesús Omar Lizárraga Manjarrez, presidente de la Unión de Armadores. 

Señaló que la situación es desalentadora para todos en general. La producción en las embarcaciones no logra cubrir los costos operativos necesarios para mantener las capturas y, así, continuar generando empleo para los trabajadores, quienes resultan ser los más afectados al final. 

«La situación es muy triste aquí. Muchas embarcaciones ya están amarradas, de las pocas que salieron a operar esta temporada. La producción capturada durante los viajes no logró alcanzar para cubrir los costos de operación, y esto lo hace aún más difícil», resaltó. 

Jesús Omar Lizárraga Manjarrez
Presidente de la Unión de Armadores

Además de los costos de operación, Lizárraga Manjarrez indicó que la situación del sector pesquero empeora con la disminución de los pedidos, la interrupción en la compra de productos por parte de Estados Unidos y la importancia del camarón centroamericano, lo cual ha dejado sin maniobra al comercio interno. 

Añadió que el 50 por ciento de las 241 embarcaciones que zarparon durante el presente año ya se encuentra amarrado de manera anticipada en el muelle pesquero del Parque Alfredo V. Bonfil, a pesar de que la temporada del camarón no finaliza hasta marzo de 2024, la cosa no pinta bien. 

Debemos aprovechar 

En este contexto, son pocos los pescadores que lograrán salir a altamar. Luis Díaz, un pescador, expresó que está a punto de emprender un nuevo viaje junto a sus compañeros y que deben aprovechar la oportunidad, aunque no podrán pasar las festividades de Navidad y Año Nuevo en tierra con sus seres queridos, lo cual lamentan, pero para ellos, el trabajo es prioritario. 

Señaló que es difícil pasar estos momentos en altamar, pero es su deber aprovechar la oportunidad de salir nuevamente, ya que otros compañeros no lo harán. Deben sentirse afortunados por tener empleo en un sector que está experimentando una disminución constante. 

«Esperamos poder salir en estos días, estamos esperando la luz verde solamente. Tenemos que ver esto como una oportunidad de empleo y aprovechar, ya que esto es temporal. Además, somos afortunados de realizar este último viaje. Casi toda la flota está amarrada. Somos muy pocos los que nos aventuraremos en este último viaje a altamar con la esperanza de traer un poco más de producción», concluyó Luis Díaz. 

Para saber  

La flota camaronera en Mazatlán hoy en día está compuesta por alrededor de 400 barcos camaroneros, empleando a poco más de 3 mil pescadores. 

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