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MAZATLÁN. – El presente periodo ha sido un año para el olvido en el sector manguero, caracterizado por pérdidas económicas considerables o “tablas”, según afirman los productores del sur de Sinaloa al concluir la temporada de cosecha.

A pesar de que aún queda más de 10 mil toneladas por vender, los precios se mantuvieron bajos y el mercado se saturó, según explicó Rogelio Padilla Salcido, presidente de la Confederación Nacional Campesina en Escuinapa. 

Comentó que, entre todas las variedades cultivadas en la región de Sinaloa, los mangos Ataulfo y Kent fueron los únicos que lograron alcanzar un precio relativamente aceptable en el año 2023, llegando a alcanzar los cinco o, en el mejor de los casos, cuatro pesos por kilo. 

En contraste, las demás variedades no superaron los 2 pesos, lo que resultó en ganancias insatisfactorias. Además, mencionó que otras regiones, como Nayarit y el sur del país, también contribuyeron a la saturación del mercado al tener cosechas paralelas. 

«Estamos en el proceso de finalizar la temporada, pero aún queda alrededor del 20 por ciento por cosechar. Algunos productores aún no han podido cosechar debido a que este año fue particularmente malo, con precios constantemente bajos. Incluso la semana pasada, los mangos se vendían a solo un peso cincuenta en Escuinapa». 

Rogelio Padilla Salcido, presidente de la CNC de Escuinapa

Padilla Salcido reconoció que los productores están experimentando una profunda tristeza al evaluar los resultados de esta temporada de cosecha, ya que muchas inversiones no se vieron reflejadas en ganancias significativas. 

El líder gremial señaló que las pérdidas son considerables, dado que se realizan inversiones significativas en el cultivo, incluyendo labores de rastreo, fumigación, fertilización y mantenimiento de los árboles.  

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Para la próxima temporada, expresó que tanto Escuinapa como Rosario enfrentan desafíos relacionados con la disponibilidad de agua para cambiar de cultivo o variedad. 

Al concluir esta temporada de mango, algunas empacadoras comenzarán a suspender sus operaciones mientras esperan los últimos días de cosecha. Por suerte, la deshidratadora continúa funcionando a su ritmo habitual. 

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