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MAZATLÁN. – En Punto MX nos encantar hablar del antiguo Mazatlán y hoy es el turno de contar la historia del antiguo Hotel Iturbide, ¿lo ubicas?  

El Hotel Iturbide estuvo ubicado en el mismo edificio que alberga el majestuoso teatro Ángela Peralta, cuyo pasado está lleno de misterio y anécdotas. Fue construido en dos etapas, la primera en 1840 con una sola planta donde funcionó la Hostería “Bank”.  

Años después, en 1873, el empresario don Manuel Rubio adquirió el inmueble y construyó una segunda planta, donde estableció el hotel, que fue el más lujoso de la época por el tipo de diseño que llevaba en su interior, algo similar a lo que podemos ver hoy en día en el Teatro.  

Para 1878, Mazatlán ya contaba con varios establecimientos destinados al turismo. El Iturbide vendría a ocupar el vacío espacio de los hoteles de lujo en el puerto, al ofrecer a sus huéspedes una agradable vista de la plazuela Machado, un exclusivo pasaje al teatro Rubio, cuyos propietarios lo fueron también del hotel. En él se ofrecían los servicios de restaurante, repostería y cantina.  

Entre lo más destacable fue que en este hotel se hospedó la cantante de ópera Ángela Peralta, conocida como “el ruiseñor mexicano”, quien había llegado al puerto para actuar en el “Teatro Rubio” (hoy Ángela Peralta); no obstante, la muerte la sorprendió antes de su actuación, falleció en la habitación número 10 del hotel víctima de la temida fiebre amarilla, un 30 de agosto de 1883.  

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El Centro Municipal de Artes  

Con el paso de los años y con la muerte de sus dueños, el Teatro Ángela Peralta lo absorbió para que fuese casa del Centro Municipal de Artes.  

En sus inicios, el CMA impartía clases en dos edificios del Centro Histórico arrendados para tal efecto. Estaba conformado por talleres de ballet clásico, pintura, escultura y la Escuela de Música “Enrique Patrón de Rueda”.  

En la antigua Mercería Alemana, en las calles Belisario Domínguez y Mariano Escobedo, se desarrollaban las lecciones de pintura y escultura, y en la calle Sixto Osuna No. 13, se daban clases de música y ballet clásico. En 1990 se integró la disciplina de canto e inició la formación del Coro Ángela Peralta y la Orquesta Sinfónica Juvenil, tareas que cristalizaron dos años después.  

En 1993, las escuelas de actividades artísticas, dependientes del otrora departamento de Difusión Cultural, fueron concentradas junto al Teatro Ángela Peralta. Allí nació el Centro Municipal de Artes que abrió los talleres de ballet folclórico, artes plásticas, teatro, cine y literatura.  

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