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CIUDAD DE MÉXICO.- Como cada año, ayer lunes 26 de septiembre, padres, compañeros, familiares de normalistas y personas de diversas edades que quisieron acompañarlos marcharon una vez más con el mismo objetivo como el de hace ocho años: exigir justicia por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.   

Las pancartas, pintas y consignas por los 43 estudiantes de la Escuela Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa volvieron a verse y escucharse en el corazón de la capital.    

Desde las primeras horas de este 26 de septiembre, marcado en la historia de México, el perímetro de los principales monumentos, recintos y negocios de la CDMX comenzaron a estar resguardados por vallas metálicas y de madera para evitar el vandalismo en ellos. 

Policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se alistaron para salir a proteger los espacios que, como ya es costumbre en cada marcha, son atacados por encapuchados que se filtran a la marcha, donde el objetivo principal es otro.  

Pasado el mediodía, los padres, familiares y personas que se unirían a la marcha comenzaron a llegar en camiones desde Iguala, Guerrero, para hacerse escuchar y exigir al Gobierno, ahora encabezado por Andrés Manuel López Obrador, la presentación con vida de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.   

En punto de las 15:40 horas, una aglomeración era notable al pie del Ángel de la Independencia, donde los manifestantes se alistaban para recorrer las principales avenidas de la Ciudad, como lo hacen los días 26 de cada mes, desde la desaparición forzada de los jóvenes estudiantes. 

A su llegada, los familiares de los normalistas recibieron ramos de flores y el apoyo de miles de personas que comenzaron, junto a ellos, la marcha que año con año han realizado.  

«¡Castigos a los culpables!», «¡Lucha, lucha, nunca dejes de luchar!», «¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!» fueron las consignas que este día se volvieron a escuchar, además del conteo hasta el número 43 y el grito «¡Justicia! recordando la ausencia de los normalistas.   

Transcurridos algunos minutos de comenzar la marcha, en el cruce con Paseo de la Reforma y Avenida Juárez, un grupo de encapuchados, vestidos de negro y armados con martillos, piedras, palos y aerosoles, comenzaron a destrozar vidrios de negocios y establecimientos que encontraban a su paso. 

Ayotzinapa

No faltaron los encapuchados 

Realizaron pintas y trataron de saquear algunos comercios de la avenida Juárez, por lo que aparecieron los elementos policiacos para hacer frente y evitar el hurto. 

Un conato de bronca se presenció durante el evento, pero esto no paró a los manifestantes que, con un objetivo diferente al de los encapuchados, lograron llegar a la Plaza de la Constitución en el Zócalo de la Ciudad.  

En pancartas ilustrados con las caras de los normalistas desaparecidos, flores, veladoras y las mismas peticiones desde el suceso cometido en Iguala, Guerrero, el contingente de los padres de normalistas subieron a un templete para pedir de vuelta con vida a sus hijos, señalar a los culpables y exigir las detenciones de los implicados en el caso Ayotzinapa.  

Conforme pasaba el tiempo, estudiantes de todas las escuelas, sindicatos, organizaciones y colectivos se unieron a los familiares de los normalistas en el Zócalo para cantar, exigir y condenar los actos llevados a cabo aquel 26 y 27 de septiembre del 2014. 

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Demandas del contingente 

Los señalamientos contra el Ejército mexicano y autoridades estatales y federales no se hicieron esperar.  

«No hemos parado para seguir levantando la voz… agradecemos a las universidades, organizaciones sociales donde los padres piden la presentación con vida de nuestros hijos», manifestó doña Blanca Nava, madre del normalista Jorge Álvarez. 

Comentó que las autoridades se están burlando de ellos, «nosotros llevamos ocho años gritando la presentación con vida de nuestros hijos. Enrique Peña Nieto nos mintió con la Verdad Histórica y ahora le digo a este Gobierno, que no se burle de nosotros qué nos diga qué pasó con nuestros hijos. 

Mario César Contreras, padre de César Manuel, dijo que «Primero dice que sí, que sí libera de las 80 y tantas órdenes de aprehensión, y él mismo lo dijo y después dice que no. ¿Por qué desestimar 16 órdenes de aprehensión del Ejército mexicano?», expresó. 

Al oscurecer, alrededor de las 19:30 horas los discursos cesaron y las voces reunidas en el Centro Histórico de la CDMX entonaron el himno «Venceremos», para concluir, luego de tres horas, el mitin encabezado por los padres de los estudiantes desaparecidos.  

Así fue como transcurrió un aniversario más de la desaparición forzada de los jóvenes estudiantes, ocho años sin los normalistas de Ayotzinapa

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