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MAZATLÁN. – ¿Visualizas el futuro con altos edificios, con roofs, con plantas, árboles y espacios verdes? Así nace la idea de la Unesco por proclamar este 4 de marzo como el Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, con el fin de hacer conciencia sobre el papel de la ingeniería en la vida moderna y como este debe ir enfocado también, en mitigar los efectos del cambio climático.  

Esta fecha se estableció durante la edición número 40 de la reunión de la Conferencia General, celebrada en noviembre del 2019, en donde quedó claro que la ingeniería siempre ha tenido un papel clave en el desarrollo y el bienestar de la humanidad. 

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Aquí la idea es que se les garantice a las futuras generaciones de ingenieros y científicos, ser capaces de solucionar retos locales y mundiales en esta materia, con ciudades encaminadas a estrategias sustentables.  

Para la Unesco, los ingenieros son los que tienen la responsabilidad de desarrollar no solo nuevas tecnologías, sino también nuevos métodos que permitan a las personas seguir obteniendo los recursos necesarios sin poner en riesgo el planeta. 

¿Qué es un edificio verde y sostenible? 

Son proyectos urbanos que pretenden disminuir el impacto en el medio ambiente y que, por su construcción y equipamiento, puede mantener o mejorar la calidad de vida del entorno en el que se encuentra. Para ello, es fundamental conseguir un alto nivel de eficiencia, al reducir el consumo de energía, agua y demás recursos minimizan la contaminación.  

¿Qué características deben tener? 

Ubicación y transporte. No edificar en lugares ambientalmente sensibles y disponer de transporte público para reducir el uso del coche particular. 

Son sitios sostenibles. Protegen y mantienen el hábitat natural, reducen la contaminación y el uso de recursos naturales, y facilitan la interacción con la naturaleza. 

Tienen un uso eficiente del agua. Sus instalaciones ayudan a minimizar el uso de agua durante su construcción y prever mecanismos para reducir la huella hídrica del inmueble, además, ayudan a disminuir el consumo energético, usar energías renovables y aumentar la eficiencia energética para reducir la contaminación. 

Cuentan con sistemas de reciclaje, utilizan materiales sostenibles y ahorran los máximos recursos posibles durante la edificación; atienden la calidad del espacio para sus ocupantes, como la limpieza del aire, el control térmico o la contaminación acústica. 

Y su diseño, en los últimos tiempos se ha vuelto tendencia, llevando a la realidad espacios altos pero acompañados de naturaleza.  

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, en 2050 cerca del 68 por ciento de la humanidad vivirá en ciudades. Estas apenas representan el 3 por ciento de la superficie del planeta, pero consumen el 78 por ciento de la energía y producen el 60 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.  

Por este motivo, la propia ONU aprobó desde 2016 la Nueva Agenda Urbana para asesorar a los países en sus procesos de urbanización y hacer de las ciudades lugares más habitables, inclusivos, saludables, resilientes y sostenibles. ¿Te sumas? 

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