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Restauranteros se ven apretados para no subir precios en platillos
Los aumentos escalonados en aguacate, limón, carnes, huevo y tomate han sido un duro golpe para los restauranteros en los últimos meses
MAZATLÁN.- Los continuos aumentos en los insumos al inicio de 2024, necesarios para la elaboración de alimentos, han mermado las ganancias de los restauranteros en Mazatlán, afectando directamente sus ingresos y generando preocupación y alarma.
Roberto Osuna Valdez, secretario del Consejo Nacional Gastronómico en Mazatlán, destacó que al iniciar este año, los incrementos en los precios de los productos se han vuelto más pronunciados.
Un ejemplo palpable, agregó, es la jaba de tomates, que pasó de costar 300 pesos a valer mil pesos en la actualidad, impactando negativamente al sector.
El dirigente de los restauranteros subrayó que productos como hortalizas, frutas y proteínas han experimentado aumentos significativos, afectando tanto a los restaurantes de la ciudad como a los de la zona rural de Mazatlán.
“La gran mayoría de los restauranteros tardamos mucho en aumentar los precios. Tendríamos que tener un menú digital para estar cambiando, tenemos que castigar las ganancias, lo que tenemos que hacer son estrategias, porque de lo contrario te quedas fuera”, mencionó.
Roberto Osuna Valdez
Secretario del Consejo Nacional Gastronómico en Mazatlán
Osuna Valdez señaló que el clima ha sido un factor positivo, ya que ha aumentado la demanda de bebidas calientes, panqueques y caldos, que resultan más rentables en comparación con la carne, que experimentó un incremento del 20 por ciento a finales del año pasado.
Impacto en los restauranteros
Recordó que durante todo el año 2023, los restaurantes enfrentaron aumentos considerables, con incrementos globales de hasta un 30 por ciento en productos como aguacate, limón, carnes y huevo. En el presente año, el tomate se ha sumado a la lista de productos con precios elevados.
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En los últimos seis meses, los productos de la canasta básica han experimentado fluctuaciones en sus precios, ya que los aumentos han sido constantes en todo el sector restaurantero.
La incertidumbre sobre la estabilidad de los precios sigue afectando la rentabilidad de los negocios gastronómicos en la región.
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