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alejandro higuera osuna

MAZATLÁN.- Actualmente Mazatlán está en su mejor momento turístico, inmobiliario, logístico y hasta industrial, con áreas de oportunidad que lo mantienen en el top de la inversión y con miras de crecer aún más, pero ¿cómo llegó a este punto?, ¿cuáles fueron los cimientos para conseguir al Mazatlán contemporáneo?

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Alejandro Higuera Osuna señaló que para Mazatlán existieron dos obras fundamentales que lo pusieron en el mapa donde hoy está, la carretera Mazatlán-Durango, conectando al Pacífico con el Golfo, y la Presa Picachos, que le garantizó agua al destino, ambas fueron el detonante.

“Hay dos obras fundamentales para entender el Mazatlán de este momento, su desarrollo… se consolidó un proyecto de una obra que no solamente es histórica para Mazatlán, Durango y en sí Sinaloa, es histórica para el País, para Norteamérica, cruzar la Sierra Madre Occidental no fue una tarea fácil”, comentó.

Higuera Osuna señaló que la conocida “supercarretera” por el impacto y por la infraestructura, es una vialidad que, aunque la atravieses 10 veces no deja de impactar por su magnitud, por sus túneles y sus puentes, especialmente el “Baluarte”, que a nivel mundial es uno de los puentes atirantados más altos en el mundo.

El crecimiento logístico con eso logró consolidar al Corredor Económico del Norte y consiguió la unión de Sinaloa con las dos ciudades que más aportan al PIB en el norte de México, Coahuila y Monterrey, logrando que la ruta a Matamoros se haga en menos tiempo y con mayor oportunidad de exportar a Estados Unidos.

A la par de esta vialidad, en Mazatlán se buscaba de incrementar su oferta turística, su inversión, ser una ciudad dinámica, fue ahí cuando llega la Presa Picachos, con un presupuesto establecido, pero con la creación de un fideicomiso en el 2000 en donde la autoridad municipal logró aportar 140 millones de pesos, de una obra que costó 2 mil 300 millones de pesos, aproximadamente.

“No puede crecer una ciudad si no hay agua, no puede haber desarrollo si no se genera la cantidad suficiente de agua para sostener a una población… por 40 años Mazatlán puede recibir el equivalente a 92 millones de metros cúbicos de agua al año”, dijo.

La presa cuenta con un vaso de agua para aproximadamente 560 millones de metros cúbicos cuando se encuentra al 100 por ciento de su capacidad, explicó, al Ayuntamiento aportar este fideicomiso, la Comisión Nacional del Agua le otorgó a la ciudad la concesión por 40 años en 2011, por 3 metros cúbicos por segundo, desde entonces, el destino puede recibir el equivalente a 92 millones de metros cúbicos de agua al año. Actualmente, estimó, la ciudad debe estar gastando alrededor de 50 millones de metros cúbicos.

Para el, Mazatlán tiene reserva de agua en la presa suficiente para que la ciudad crezca al doble, sin embargo, manifestó, la presa no fue suficiente y para ir a la par de este desarrollo prometido, se inició con el proyecto de potabilizadoras y poco a poco entre los tres niveles de gobierno se lograron dos plantas, la Miravalles y Los Horcones, ambas encargadas de la distribución de agua.

“Yo creo que ambas obras, ambos proyectos coincidieron en Mazatlán para llegar a donde estamos… Esas visiones ahí están, lo importante que es Mazatlán para la logística del norte de México, la carretera fue el detonante y la presa fue el acompañante, no se puede entender el desarrollo sin esas dos obras”, comentó.

Con ambos proyectos, se fortalecieron eventos como el Gran Maratón Pacífico, la Semana de la Moto, más hoteles llegaron, más oferta gastronómica, las torres de condominios, creció la movilidad portuaria y la industria ya está alcanzándolos.

Son los jóvenes los actores principales del cambio

Alejandro Higuera Osuna, señaló que los jóvenes tienen la oportunidad de lograr la ciudad que desean, ¿cómo? Eligiendo autoridades preparadas y que vayan acordes a resolver las necesidades de raíz, como las vialidades, el sistema de agua potable y drenaje, la recolección correcta de la basura y las oportunidades para seguirle apostando.

Añadió que en una ciudad no hay una meta como tal, sino metas a corto y largo plazo, en un ritmo en donde la calidad del servicio público esté por encima de cualquier otra acción de frivolidad y es la ciudadanía, especialmente los jóvenes. los que tienen el derecho de exigirle al alcalde en turno, cuestionarlo y redireccionar en base a ello.

“Hay que estar a la altura del ritmo y tener un desarrollo equilibrado, no se vale tener solo una cara bonita… la ciudad es de todos, no es la ciudad de los políticos, el gobierno existe porque alguien tiene que ejercer, con jóvenes que participen”, expresó.

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