Carnaval de Mazatlán: 125 años de tradición y anécdotas que no conocías

MAZATLÁN. – Este 2023, el Carnaval Internacional de Mazatlán celebra 125 años de tradición, más de un siglo en los que se han registrado importantes sucesos que definen nuestras fiestas. Y como nos encanta la historia, hoy te vamos a contar los más momentos que han marcado y transformado al Carnaval Internacional de Mazatlán el cual este año lleva por tema “Dejavú”.  

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Así inicia la fiesta  

La historia del tercer carnaval más importante de América Latina, después del de Nueva Orleans y el de Río de Janeiro, comenzó con la fundación del puerto de Mazatlán, en el que en 1827 se realizó un banquete, mascarada y comparsa, en el que participaron los soldados que vigilaban el puerto. 

Esta celebración es la más antigua de la que tenemos razón y da cuenta del antiguo arraigo del carnaval en este puerto.  

El primer carnaval registrado en Mazatlán tuvo lugar en 1848. Pero no fue sino hasta 50 años después que el evento tomó su forma actual, por lo que oficialmente el Carnaval de Mazatlán que hoy conocemos surge en 1898.  

El Carnaval de harina y huevos  

En sus inicios, el carnaval se celebraba bajo la modalidad conocida como ‘De la harina’ o ‘Francesa’, donde la gente, vestida con túnicas, se divertía rompiéndose cáscaras de huevo llenos de harina o colorantes. ¿Te gustaría que volviera? 

Sin embargo, a partir de 1898, se consideraba que ese tipo de diversión era insalubre y poco civilizada por lo que se decidió sustituir los huevos por la modalidad italiana, con confeti y serpentinas.  

Para los años 90 se prohibió el uso de los cascarones con confeti porque se usaban como proyectiles contra las personas que iban en los carros alegóricos y comparsas. En 1996 se implementó la campaña en medios y carteles con el lema “Di no al cascaronazo”.  

El nacimiento de un nuevo Carnaval 

En 1898, el carnaval pasó de ser una celebración realizada espontáneamente por los habitantes del puerto a ser una fiesta gobernada por un comité civil, una “Junta” creada para este propósito. Este rasgo lo convierte en el carnaval más antiguo del país.

El martes 22 de febrero de 1898, se abrió paso, entre la multitud arremolinada de las calles de la plazuela Machado, la primera procesión de carros y bicicletas adornadas. En esa ocasión, Gerardo de la Vega fue presentado ante los mazatlecos como Rey de la Locura. Este era el primer carnaval organizado por un Comité. El juego de la harina llegaba a su fin y se daba inicio a la tradición moderna del confeti y las serpentinas.

La reina que lo cambió todo  

En la historia de la máxima fiesta porteña, Mazatlán ha tenido 116 reinas. La estadounidense Wilfrida Farmer, de tan solo 17 años, fue la primera en convertirse en soberana y en cambiar prácticamente las reglas del juego carnestolendo.

¿En qué sentido? Las primeras coronas del Carnaval de Mazatlán eran exclusivamente para personajes del género masculino, sin embargo la presencia femenina fue desplazando al Rey hacia una figura secundaria, dando como resultado los certámenes que hoy conocemos y que emocionan a cientos de mujeres.  

En las primeras décadas del siglo XX, hubo varias ocasiones en las que algunas candidatas y hasta reinas electas se manifestaron renuentes a participar en la fiesta. Para evitar “crisis” por ausencia de soberanas, el comité organizador del carnaval de 1925 decidió que la designación de las aspirantes al trono se hiciera por medio de un registro oficial, señalando como condiciones que cada aspirante tuviera un comité de apoyo y adquiriera el compromiso formal de aceptar la corona en caso de resultar triunfante.  

Para entonces el sistema de elección se había transformado. Iniciaron las campañas de los llamados votos económicos en donde cada sufragio tenía el valor de un centavo. Los votos eran puestos a la venta en distintos establecimientos comerciales y centros sociales del puerto. 

Los carnavales infantiles 

En la década de los 20 se organizó por primera vez una versión infantil del carnaval mazatleco, reproduciendo las formas del carnaval adulto, pero sin sus excesos: se eligieron monarcas, se realizaron desfiles, concursos de disfraces de fantasía y bailes. 

La monarquía infantil se integró oficialmente al calendario de Carnaval en 1968 y su elección se ha determinado mediante una competencia de votos económicos. Actualmente el día señalado para los festejos infantiles es el lunes previo al martes de carnaval. En esta fecha tiene lugar un baile para niños con concurso de disfraces y es coronada una reinita.

El primer Combate Naval  

Todos conocemos el hecho histórico que originó el icónico combate naval, uno de los eventos más importantes que conforman las fiestas carnestolendas. De acuerdo con el cronista oficial de Mazatlán, Enrique Vega Ayala, el primer combate naval como hoy lo conocemos se realizó en 1932 en la zona de Olas Altas y con pirotecnia. ¿Te lo imaginas? 

El Carnaval y sus cancelaciones 

El evento se ha cancelado definitivamente en seis ocasiones. Fue en el año de 1903 cuando se canceló por primera vez el Carnaval, en esta ocasión el motivo fue la peste bubónica que cobró la vida de decenas de personas en el puerto. Y en 1912 la epidemia de la Viruela obligó a los organizadores a cancelar esta fiesta. 

Dentro de los datos históricos también sale a relucir que por falta de fondos para su organización hasta el momento se han cancelado las ediciones de los carnavales de los años 1906,1915 y 1916. Así como la vez que fue suspendido debido a que el gobernador de aquel entonces, Rodolfo T. Loaiza, fue asesinado la madrugada de un domingo de Carnaval. 

En el 2021 también se canceló debido a la pandemia por Covid-19.

Rigoberto Lewis y su legado  

Es imposible no pensar en Carvanal cuando hablamos del gran Rigoberto Lewis. A partir de 1960 el talentoso mazatleco se impuso en el diseño de los carros alegóricos, con sus formas únicas y de molduras casi arquitectónicas cargadas de una especie singular de barroquismo decorativo, muy atractivas para el gusto popular. 

Rigo Lewis, como se le conocía comúnmente, fue el personaje clave para sacar el carnaval de Mazatlán del nivel de una fiesta regional. Los propios diseños de Lewis provocaron que la televisión, personificada en el productor y conductor Raúl Velasco, ofreciera una oportunidad que aprovechó el creador para desplegar su ingenio en tamaños y coloridos no explorados antes en los carnavales mazatlecos, incluso nacionales; y, de ese modo ayudó a conseguirle a nuestra fiesta la categoría de “Carnaval Internacional de Mazatlán”. 

Rigoberto ayudó a forjar la convicción de que nuestro carnaval figura entre los más conocidos del mundo. 

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