Wilfrida Farmer, la mujer que llegó a revolucionar el Carnaval de Mazatlán  

MAZATLÁN.- En sus 125 años de tradición, el emblemático Carnaval Internacional de Mazatlán ha tenido 116 reinas, las cuales han contribuido para que esta festividad internacional sea reconocida como una de las mejores de toda Latinoamérica.  

Pero la primera en ostentar este título fue Wilfrida Farmer, una joven norteamericana de 17 años que, pese a su corta edad, demostró poseer cualidades de líder, algo no tan común en las jóvenes de su edad.

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Ella lo cambió todo

Enrique Vega Ayala, cronista de Mazatlán explicó que, en un inicio, las primeras coronas del Carnaval de Mazatlán eran exclusivamente para personajes del género masculino. Era un rey al que se le reconocía generalmente con un apodo, pues no importaba la persona sino el personaje al que caracterizaba.  

La incorporación de Wilfrida Farmer como primera soberana no fue para nada decorativa, ella logró marcar una diferencia esencial en el trato que recibían las mujeres durante las fiestas carnestolendas. Además, en su carácter de reina persuadió a los organizadores de realizar, por primera vez, un segundo desfile, sí, ella fue la mente detrás del «martes de carnaval».  

Podemos decir que gracias a esta decidida joven se abrió el camino para que niñas y mujeres soñaran con algún día portar la corona de Reina de Carnaval.

“Ella lo encabezó por decisión propia, montada a caballo, escoltada por jóvenes varones contemporáneos suyos. Se forjó una leyenda, se ganó el respeto de la comunidad y abrió el camino para que en lo sucesivo las niñas mazatlecas soñaran con ser reinas del Carnaval”, afirma Vega Ayala.  

El historiador mazatleco expresa que rápidamente la presencia femenina fue desplazando al Rey hacia un papel de figura secundaria. La competencia por el reinado llamó poderosamente la atención de la comunidad mazatleca.  

“Se volvió un concurso tan popular que, desde el principio, todas las clases sociales, sin distingos, se ven involucradas en la contienda; las pasiones se desatan. Nadie es ajeno al vértigo de las campañas. En ese y en otros aspectos, la participación de la mujer cambió al carnaval”. 

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