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Febronio Zataráin

CONCORDIA.- Las campanas del cercano Templo de San Sebastián replicaron con alegría y le dieron pie a Febronio Zataráin Castellanos para iniciar la plática sobre su libro más reciente: Casas en el Cielo, que el autor escenifica en el Concordia de los años 60 del siglo pasado, donde vivió sus días de infancia. 

“Nací al cinco para el mediodía, y mis berridos se confundieron con las doce campanadas provenientes de la iglesia”, así inicia su charla y así inicia ‘Casas en el Cielo’. 

Y no sonaron las campanas a las 12:00 horas de ese 20 de enero, día de la presentación del libro, sino a las 10:30 horas, anunciando la misa en honor al Santo Patrono y por el 458 aniversario de la fundación de la Villa de San Sebastián. Fiesta doble para los lavilleros. 

Y, la visita de Febronio a su pueblo, fue un triple motivo de festejo para los amigos con los que tejió lazos eternos y con los que no convivía desde hacía muchos años. 

Aunque no lo dice en la entrevista, sí lo plasma en ‘Casas en el Cielo’, su amor a la lectura nace viendo a su padre devorar los libros que le prestaba Clemente Vizcarra Franco, su vecino, quien tenía una enorme biblioteca producto de sus muchos años de nutrirse para desempeñar su profesión de abogado que lo llevó a ser desde rector de la entonces Universidad Socialista del Noroeste, hoy UAS, Notario Público, Secretario General de Gobierno y, hasta su muerte, Cronista de la Ciudad. 

Febronio confiesa que empezó a escribir literatura, poque ya había incursionado como periodista y cronista en La Jornada, imitando un estilo. 

“Había leído un libro de Octavio Paz, Corriente Alterna, y en una de sus páginas decía que había que empezar imitando, y yo decidí imitar a Charles Bukowski porque teníamos ciertas similitudes en la vida, yo había entrado en crisis y debía mucho, como Charles Bukowski, y empecé a escribir algunos cuentos y saqué un libro que se llama ‘Faltas a la Moral’”, expresó. 

De ese libro, destaca que son guiones de cine, porque quería hacer cine, pero en esa época, tenía 28 años de edad, se requerían 40 mil dólares para un cortometraje. 

“Soy una especie de cineasta frustrado”, dice. 

Y sí, ‘Faltas a la Moral’ es su primer libro, ‘Casas en el Cielo’ es el recién editado, con fecha de 2023. 

Es un libro anecdótico, donde habla de sus amigos, de las correrías de un niño pequeño en un pueblo pequeño donde todavía ellos podían salir al amanecer y reportarse a sus casas a la hora de la comida y de la cena sin correr ningún peligro. 

Febronio Zataráin, Febo como le dicen en un pueblo donde abundan los apodos, plasma su amistad con el Lenchito, un niño “tontito”, como lo describía su propia abuela, y sumamente hábil, quizá con un autismo no diagnosticado, como lo describe el escritor. 

“Tenía una gran habilidad para imitar los sonidos, una vez fuimos a un circo que se ponía a un lado de la gasolinera, estaban alimentando a un león, que, satisfecho después de comer hizo un ruido que nació desde sus entrañas, Lenchito lo replicó por muchos días, incluso me enseñó a hacerlo”, recuerda. 

Febronio Zataráin emigró muy temprano de su pueblo, estudió Sociología en Guadalajara y luego partió a Chicago, en Estados Unidos, donde se arraigó porque vio la necesidad de incidir en la literatura en habla hispana. Hace unos años regresó a Guadalajara, aunque se dice un viajero incansable a pesar de su ceguera. 

Propone talleres de escritura para concordenses 

Y de su experiencia en Chicago, donde se crearon talleres de lectura y escritura para nutrir las revistas que fundó, pretende crear talleres de escritura en Concordia. 

“Casas en el Cielo está escrito con técnicas modernas, no uso guiones para los diálogos, en el mismo párrafo hay diálogo, hay narración, hay todo, hay pensamientos, poque conozco bien la técnica… Es muy triste que soy el primer escritor que pretende hacer literatura, una literatura que apele a competir a nivel nacional”. 

Y asegura que no es un improvisado, en Chicago buscó gente a la que contagió de su pasión para crear el taller de lectura y escritura que derivó en la revista Fe de Erratas; otro del que nació Zorros y Erizos; Tropel y, la última, Contratiempo, que se asentó y todavía existe. 

“Yo era el encargado del taller literario en el que se escribía crónica, artículo, novela, poema, cuento, todo”, dice. 

Y con ese esquema puede hacerse algo en Concordia, donde, asegura, hay gran capacidad narrativa, con tradición oral, pero no escrita. 

“Yo estoy dispuesto a venirme aquí, sé lo que hago, no voy a improvisar”, recalca. 

Bibliografía

Faltas a la Moral 

En Guadalajara fue 

Febrónimos 

 Veinte canciones en desamor y un poema sosegado 

El Ojo de Bacon 

Casas en el Cielo 

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