Maleconeando
Santa Claus visita la Isla de la Piedra desde hace 15 años
Cada año, norteamericanos y canadienses se suman para llevarle dulces y despensas a los isleños, previo a la Navidad
MAZATLÁN. – Durante 15 años la Isla de la Piedra tiene a su propio Santa Claus, uno con traje rojo, barba blanca y hasta un trineo, con el que recorre las calles terregosas de ese ejido de Mazatlán.
La historia comienza así, el proyecto lo inició un extranjero llamado Don Woods, quien junto a otros amigos, «los duendes», repartían dulces y despensas en la Isla de la Piedra.
Este noble acción inició como juego, debido a que siempre le decían que tenía parecido con Papá Noél y fue así como aprovechó esa situación para brindar alegría durante las fechas decembrinas, primero lo hizo allá en Estados Unidos, pero cuando se mudó a Mazatlán retomó su personaje.
Fue así como comenzaron a armar bolsas de dulces y despensas para entregarlas en la zona. ¿Por qué? Don Woods quería que los niños que, tal vez no recibieran muchos regalos en Navidad, al menos tuvieran dulces para disfrutar.
Pero lo bonito es que no hicieron la típica entrega, sino que Don construyó un trineo a partir de un remolque y un hombre llamado Oscar, originario de la Isla, le dio vida con la pintura para que pareciera trineo.
Así comenzó la aventura del Santa Claus de la Isla de la Piedra, donde cada año decenas de niños y niñas esperan verlo pasar por las calles para salir corriendo a recibir bolsas de dulces.
El señor Woods falleció el 19 de agosto del 2021, pero Drew Stewart es ahora quien se encarga de personificar a Santa Claus, y regalar sonrisas a los niños y niñas.
Así como Wood, otros de las personas que iniciaron con el proyecto también han fallecido, pero eso no les quita el ánimo de seguir compartiendo momentos con los isleños.
La dinámica es la siguiente, se arman 700 bolsas de dulces, hacen un recorrido por toda la isla y terminan en la playa; estos se reparten el día 23 de diciembre y el 24 de diciembre, en Noche Buena, entregan la tradicional despensa, más de 300 cajas con productos de la canasta básica, gracias a los donativos de norteamericanos y canadienses.
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