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MAZATLÁN. –  Nuevo Orleans, ahí nació la historia del Jazz, que a fines del siglo XIX se convirtió en un género musical basado en la espontaneidad y la improvisación en el sur de los Estados Unidos. Al poco tiempo se trasformó en una forma de expresión urbana que se afianzó como protesta y marginación.  

Y hoy, en el Día Internacional del Jazz y con la finalidad de entender este género musical, platicamos con el jazzista Samuel Antonio Chiquete, quien actualmente forma parte de la Falsa Orquesta Cubana Sazón y que ha tenido una vida llena de música y jazz.  

Su vida y sus intereses siempre estuvieron avocados a la música, algunos integrantes de su familia pertenecen a la inigualable Banda El Recodo, mejor conocida como la “Madre de las Bandas” en México.

Los instrumentos musicales eran parte de la decoración de su hogar, desde niño creció con esa ilusión de ser músico, pues no se podía quedar atrás y no seguir con el legado familiar; pero había un pequeño inconveniente.  

A la edad de 11 años, su madre le prohibió rotundamente tener algún acercamiento a bandas y/o agrupaciones musicales, sí, como le sucedió a Miguel, de la película Coco, su madre no quería que estudiara nada relacionado a la música, pues no quería que estuviera involucrado en esos movimientos, para ella lo ideal es que él trabajara en una empresa como cualquier otra.

Pero Samuel ensayaba a escondidas con los instrumentos, incluso llegó a comprarlos sin que su mamá se diera cuenta. Sabía que su madre se enojaría, pero su pasión era más fuerte; el aplicaba el refrán “más vale pedir perdón, que pedir permiso”.  

Llegada su juventud él sabía que de alguna u otra forma debía de estudiar la Licenciatura en Música y así fue, a los 17 años comenzó a tomar clases en el Centro Municipal de Artes, pero de contrabando, pues su mamá seguía con la idea de que era mala idea.  

Nace el amor  

Su intención era concentrarse solo en música clásica, pero en su primer año de carrera presenció un concierto del trompetista Arturo Sandoval y eso lo enamoró por completo.  

La improvisación es una de las cualidades que diferencia al jazz de otras propuestas musicales. Samuel lo califica como una expresión liberadora, que al cerrar los ojos puede transportarte a otro mundo.  

Otra de sus características es que puede adoptar muchos estilos. Es un género abierto que permite hacer ciertas fusiones.  

Al jazz se le han unido distintos géneros musicales, tanto los más conocidos, como la música latina, cumbia, salsa u otras combinaciones como el pop, el rock y también la música electrónica.  

“El jazz te da la libertad para hacer lo que quieras y eso es algo que otro género musical no tiene. Yo cierro lo ojos y eso cómo transportarte a otro lugar”, expresó.

Desde del 2003, ha estudiado, practicado y asistido a seminarios en diferentes estados de la República Mexicana para perfeccionar su música y su técnica. Tiene 19 años tocando en la Falsa Orquesta Cubana Sazón, grupo en el que se ha presentando en distintos eventos culturales.

El jazz y su paralelismo con la música sinaloense  

Samuel siempre tuvo la curiosidad e inquietud de saber por qué la música regional sinaloense tenía influencia del jazz. Su amor por la música lo llevo a escribir un libro “Influenza del jazz en la banda sinaloense”.

Canciones típicas como “Cinco de a chicle”, y “Tecateando” evidencian la presencia y ese toque del jazz en el gran repertorio que tocan las bandas sinaloenses.

“Tenía información de la música clásica, de la música cubana, del jazz; pero me di cuenta que poco se sabía de la influencia de la música de banda en el jazz y me adentré a hacer una investigación”.

Actualmente, Samuel es docente en la Universidad Autónoma Occidente y ahí imparte clases de improvisación de jazz.

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