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MAZATLÁN. – Se supone que el 30 de abril es un día especial para todos los niños, pero para Javier no es así, es un día normal, como cualquier otro, donde tiene que trabajar.

El Día del Niño los pequeños y pequeñas pueden estar con algún juguete nuevo, ropa, zapatos y bien alguna comida especial, así como sus chuchulucos preferidos, pasando un gran momento con sus seres queridos. 

Con apenas 11 años, Javier «torea» vehículos en el cruce de una de las avenidas más transitadas de Mazatlán, la Óscar Pérez Escobosa. Su «trabajo» consiste en limpiar el parabrisas de los automovilistas que a diario circulan por la zona. Trae un bote de plástico en la mano, un pedazo de goma con el que talla el cristal, claro, si se lo piden, y así recibir algunos pesos.

Javier sí estudia, pero no siempre va a la escuela, dice que cuando mucho, va tres veces por semana, y aunque sí le gusta, tiene mentalidad de adulto y piensa que sacar para comer es más importante.

La historia de Javier es como la de muchos niños mexicanos que por falta de ingresos económicos tiene que salir en busca de un bocado.  

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