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MAZATLÁN. – Cada alimento empaquetado en la “tiendita” de la esquina y en las de autoservicio, cuentan con dos tipos de etiquetados, el primero lo encuentras en la parte de atrás, es conocida como “Información Nutrimental”, y existe una más nueva, el etiquetado por Ley, que la Secretaría de Salud ha emitido, que está al frente de cada paquete, pero, ¿Sabemos interpretar su significado?  

La nutrióloga Alejandra Quevedo nos habla esta semana de las diferencias de cada una de estas etiquetas, su importancia y su manera de entenderlas, con el objetivo de no satanizar la comida, no caer en pánico y comer saludable y sin culpas.  

Los sellos de la Secretaría de Salud  

Los sellos aparecieron por primera vez en los primeros meses del 2021, hasta en alimentos que eran considerados como “fit” o saludables, son sellos negros y grandes que están visibles y al frente de cada empaque de alimentos. Están clasificados en cinco, exceso de calorías, exceso de azúcares, exceso de grasas saturadas, excesos de grasas trans y exceso de sodio.  

Estas clasificaciones están basadas en porciones de 100 gramos y cada uno advierte precisamente el exceso de sus cantidades, pero ojo, comerte una galleta de un paquete de 20 no es exceder en cantidades, esto se refiere al consumo del producto entero en una sentada mientras ves televisión.  

“Las etiquetas negras que vienen en los productos son de gran ayuda para alertarte que ese producto en cierta cantidad rebasa las recomendaciones diarias de los ingredientes, pero en ocasiones no consumimos la cantidad establecida, a veces puede ser todo el envase o puede ser solo una pequeña parte”, declaró. 

Recuerda, cada sello advierte de un exceso con base en cantidades de ciertos ingredientes encontrados en 100 gramos o 100 mililitros de los alimentos, definiendo una proporción a no rebasar para no estar considerado en exceso. Para cada producto en el que se haya añadido azúcar, grasa o sodio, se evalúa si rebasa o no esta proporción. 

Información Nutrimental  

Esta etiqueta está desde hace muchos años, la ubicamos en la parte de atrás de todos los alimentos empaquetados, en esta se puede revisar de manera minuciosa la calidad del producto, la lista de ingredientes y las cantidades, del mayor al menor, así está estipulado también en la Ley Federal de Salud.  

“Si vemos que los primeros son proteínas, vitaminas y fibra, entonces es un buen producto o de buena calidad, sin embargo, si los primeros ingredientes son harinas refinadas, grasas trans, colorantes y azúcar, entonces es un producto de no tan buena calidad”, comentó la nutrióloga. 

Para saber el contenido real de lo que nos estamos comiendo, tenemos que multiplicar la cantidad que viene en calorías, proteínas, grasas, azúcares y demás de la porción, por el número total de porciones que consumiremos y eso nos dará el total de los componentes que vamos a ingerir  

Por ejemplo, si tu estas consumiendo 1700 calorías al día y ves que el total de calorías del envase es de 700 calorías, además vemos que los ingredientes no son de buena calidad, entonces es demasiado y no vale la pena. 

El total de carbohidratos está listado en letra negra resaltante para que se sobresalga, y se mide en gramos, mientras que, el azúcar, el almidón y la fibra vegetal conforman los carbohidratos totales que aparecen en la etiqueta. El azúcar aparece por separado.  

Para el tema de las grasas, lo que tenemos que checar es que no tengan grasas trans, estas son creadas por el hombre, pasan por muchos procesos para llegar al estado que están como la margarina, es decir, no son grasas naturales como el aguacate o el aceite de coco que son de procedencia natural y que tienen beneficios consumiéndolos moderadamente. 

¿Y la sal? 

El sodio no es malo, Alejandra Quevedo explicó que ayuda al equilibrio de los líquidos corporales dentro y fuera de las células, además, ayuda también a que los músculos respondan correctamente a los estímulos.  

Pero ojo, si lo consumimos en exceso es un factor de riesgo para desarrollar hipertensión arterial, problemas en el corazón como insuficiencia cardiaca, es decir, hay que checar que contengan menos de 200 mg por porción.  

Sabemos que es complicado entender la lectura de la Información Nutricional, sin embargo, para la nutrióloga es algo que poco a poco se va comprendiendo cuando empiezas a tomarle más atención al contenido de tus alimentos. Voltear tu paquete de galletas, o tu lata de atún, te dará una idea de lo que realmente estás llevando a tu cuerpo.  

Y no lo olvides, los excesos nunca nos han llevado a nada bueno.  

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