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NEBLINA MORADA

Ni siquiera el reciente aparecido y póstumo álbum triple de David Bowie Toy, supera al todavía extraordinario The rise and fall of Ziggy Stardust and the spider from Mars, publicado el 16 de junio de 1972, que es considerado como la cumbre y el abismo del glam rock británico.

El álbum producido por el propio Bowie y Ken Scott, se grabó entre el 9 de septiembre del año 1971, en los estudios Trident, de Londres, terminando las mezclas el 18 de enero de 1972, resultando una mixtura insuperable de glam y pop rock.

Las arañas de Marte que acompañaron al Duque Blanco entre 1970 y 1973 fueron el excelso guitarrista Mick Ronson, que también tocaba el piano y hacia coros.

En el bajo estaba Trevor Bolder y en la batería Mick Woodmansey, que se negaban al principio a vestirse glamurosamente, mientras que el visionario Ronson, soporte principal del sonido, destacaría después, convirtiéndose en uno de las guitarristas más importantes de todos los tiempos, llegando incluso a tocar con Bob Dylan en la gira legendaria del Rolling Thunder Revue.

Tristemente y sin una verdadera conciencia de lo que ganaban (y lo que debería ganar) bajista y baterista acompañando a Bowie, fueron despedidos sin piedad al finalizar la gira de 1973 y de grabar el álbum Aladdin Sane.

Hay un documental de la BBC, narrado por el cantante de Pulp, Jarvis Coker (David Bowie & The story of Ziggy Stardust) con pulsantes declaraciones, que muestra las maquiavélicas intenciones y las acciones de Bowie contra el par de asalariados, que terminaron como músicos de sesión, viviendo del recuerdo del rock sugestivamente extraterrestre y sexualmente andrógino.

Todavía hicieron un intento más como arácnidos en el año de 1976, grabando un disco que no obtuvo mucha repercusión porque el alter ego alienígena de David Bowie se impuso de una manera contundente.

Sin embargo, lo más concluyente junto con su invasión a Estados Unidos con un marketing impresionante, es el último concierto, el 3 de julio de 1973, y la fiesta final del Tour Aladdine Sane, filmada por el legendario D.A. Pennebacker.

Muchos bowiomanos consideran este concierto como preámbulo a los conciertos y megaconciertos que lo volvieron mito y leyenda recurrente hasta hoy.

El glam rock en esencia murió ese día, aunque profetizó las visiones retrofuturistas de T. Rex, Los Dolls neoyorquinos y Roxy Music, con base en hits eternos como «Starman», «Sufraggette city», «Ziggy Stardust», «¡Oh! you pretty things” y el himno generacional «All the young dudes», tema que le regaló a sus ídolos: Mott The Hopple, entre otros.

La cinta de Pennebacker es todo y más de lo que un fan de Bowie puede desear en un ambiente de nostalgia setentera y glamurosa cuando el rock se reinventó hasta nuestros días.
pepenavar60@gmail.com

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