Maleconeando
La Lomita, un lugar en Culiacán imperdible por conocer
La Lomita es el nombre coloquial de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y su vista desde la cima te hace ver todo Culiacán
CULIACÁN.- Haber estado por Culiacán y no subir a La Lomita, es como si no hubieras estado, así dicen los que saben. Aquí te contamos su historia.
La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, así se llama y aunque coloquialmente la conocemos como La Lomita, se construyó a principios del siglo XX, dicen los que saben, sobre un antiguo centro ceremonial prehispánico.
El santuario original es diseño del arquitecto Luis F. Molina, sin embargo, en los apuntes biográficos que publicó Héctor R. Olea, no hay mención de la edificación.
A través del tiempo se convirtió en un lugar de culto y celebración religiosa pero también en un atractivo turístico.
Es una estructura modernista que en 1967 sustituyó a una antigua ermita que se encontraba en la cima de la loma en que terminaba la calle principal, aún antes de ser pavimentada.
La anterior estructura databa de 1909, y para el momento del proyecto del actual templo, en 1957 resultaba insuficiente para atención de los fieles, que ya desde 1945 habían iniciado la traición de celebrar el 12 de diciembre, el Día de la Virgen de Guadalupe, con romerías, mandas.
Hay dos formas de subir, por su escalinata de 144 escalones, que muchos feligreses toman como manda en una peregrinación cada 12 de diciembre, ya sea a pie o de rodillas; o en carro, con un estacionamiento para que lo dejes cerca.
En la cima puedes observar todo Culiacán, y podrías pasar horas sentado bajo un árbol contemplando la ciudad, sin el ruido de vehículos, como si estuvieras alejado de todo.
La Lomita y la leyenda de sus escaleras
Se dice que el exgobernador Ramón Fuentes Iturbide mandó construir, en 1913, las escalinatas como una manda religiosa, otros que en agradecimiento por una victoria militar, y otros más que por amor a su entonces prometida, con quien se casó en la propia ermita, ¿su testigo? el presidente Venustiano Carranza.
Entrar a la parroquia es admirar los vitrales que con el reflejo del sol se iluminan y se han convertido en la postal de la gente que asiste constantemente a la iglesia.
Es el lugar también de muchos que buscan celebrar los XV años de alguna joven, bautizos, primera comunión o bodas.
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