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MAZATLÁN. – No hay nada como un buen día de danzón, dicen por ahí, para aliviar el corazón. Ya sea con movimientos elaborados o pasos sencillos, dependiendo del ritmo musical que suene en ese momento, lo importante es que el danzón es más que un baile para muchos, es un estilo de vida, un momento de expresión y relajación. 

Y para las personas de la tercera edad, es pura gasolina. El pasado jueves, regresaron los momentos de risas, diversión, alegría, amor y nostalgia en el evento denominado «Jóvenes de Corazón», que se lleva a cabo en la Plazuela Zaragoza como parte de un programa del Sistema DIF Municipal. Este programa enriquece el alma de todas las personas que participan. 

La señora Julieta Serrano, de 80 años de edad, mencionó que este tipo de actividades son sumamente importantes porque le dan vida y alegría. Además, le permiten relacionarse con más personas. Pero lo más importante es poder dar unos buenos pasos de baile, ya que eso la transporta a los momentos hermosos de su juventud. 

«Me encanta bailar de todo. No bailo mucho danzón porque no sé, pero si alguien me invita a bailar, lo hago. Venimos aquí para mover el cuerpo, pasar un momento agradable y armónico para todos», dijo. 

Fotos: Karyna Sánchez

Destacó que se baila de todo: desde el paso lateral, el cuadro o el famoso columpio. Pueden bailar sueltos, tomados de la mano e incluso abrazados. El recordar esas melodías memorables que han dejado una huella imborrable en sus vidas les provoca ganas de salir a la pista y «raspar el zapato». 

Por su parte, el señor Ezequiel Bidorrio mencionó que el danzón, en particular, es un viaje al pasado. Le ayuda a recordar esos bailes románticos que en su momento lograron emocionarlo. Bailar danzón le permite reafirmar su corazón, su sangre, su espíritu y muchas otras cosas más. 

«Me gusta bailar abrazado, pegadito. Disfruto sacando a bailar a todas las mujeres y divirtiéndome. Bailo con todas, aunque prefiero buscar a una dama que sepa bailar bien el danzón, ya que son melodías exclusivas que te erizan la piel», mencionó. 

El baile es una forma de expresión y celebración en cualquier edad. Para las personas mayores, es regresar a esos años en los que pueden recordar los momentos hermosos de su juventud, como los bailes en Muralla, ubicados en la Sixto Osuna. 

Para todos los asistentes a estos bailes, es motivo de felicidad. Muchos lo consideran una terapia que ayuda enormemente a su salud. Es un ejercicio que fortalece el alma y les permite olvidarse un poco de los momentos difíciles, liberando el estrés.

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