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Día de la Candelaria

Cada 2 de febrero se celebra el Día de la Candelaria, festividad de la Virgen de la Candelaria, según el calendario litúrgico, pero, ¿Por qué comemos tamales este día?

El calendario nos señala las festividades oficiales, los días internacionales y los días de santos o celebraciones católicas, y la mayoría están conectadas, por ejemplo, previo a la Navidad hay temporada de Adviento, que es una preparación espiritual para el nacimiento del Niño Jesús; luego viene el Día de Reyes, donde se conmemora la adoración del Niño Jesús por parte de los tres reyes magos, provenientes del Oriente para rendir honores y traer presentes al recién nacido. Ese día se come la famosa Rosca de Reyes, y en ella se esconden monitos del Niño Dios, al que le toque, deberá poner los tamales el 2 de febrero.

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Llegamos al punto del Día de la Virgen de la Candelaria. En el calendario litúrgico, este día se conoce y se celebra con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas.

¿Por qué comemos tamales el Día de la Candelaria?

Sin embargo, religiosamente, lo de comer tamales no tiene nada qué ver con la Virgen de la Candelaria. Aquí te explicamos.

Cuando los españoles llegaron a Mesoamérica encontraron que los pueblos originarios celebraban la fiesta de los tlaloques en honor del dios de la lluvia al inicio del ciclo agrícola. Ellos se regían por el calendario Azteca. Esta ceremonia coincidía con el Día de la Candelaria, el 2 de febrero del calendario católico que conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del Niño Jesús en el Templo.

Es decir, el hecho de que comamos tamales cada 2 de febrero, es una tradición prehispánica, para celebrar el inicio de la temporada de siembra, para bendecir semillas y la tierra, para tener buenas cosechas.

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