Elda, Ada y Jacqueline, las mujeres mariachis de Mazatlán

MAZATLÁN.- Con sus faldas largas, saco, tacones, moños rojos chillantes y aretes brillantes, las mujeres que se dedican a la tocar música de mariachi llegan a las fiestas acompañadas de su violín para alegrar el momento, y es un espacio que se han ganado con el paso de los años, como es el caso de Elda, Ada y Jacqueline, quienes tocan en el Mariachi Tradicional de Mazatlán.

Elda Avilés García tiene dos años dentro del mundo del Mariachi, y aunque estudió Música Clásica, se enamoró de los sonidos del regional mexicano.

“Todo se dio de una manera inesperada, no me imaginaba que iba a tocar Mariachi, aunque siempre tuve una espinita de experimentar, pero no me imagine que iba trabajar, pero bueno sucedió así de repente no había violinista, fui a la chamba y me quedé», dijo.

Comentó que no fue fácil, pues tuvo que practicar las canciones del regional, pero gracias al apoyo de sus compañeros y compañeras, logró salir adelante y sigue dando pasos importante a sus 26 años de edad.   

Jacqueline Ayón es quien tiene más tiempo en este mundo con más de 20 años de experiencia, aunque inició en el Clásico en el año de 1995, después se mudaría a la Capital del Mariachi, Guadalajara, Jalisco, donde comenzó el amor por este lindo trabajo que hasta la fecha desempeña. 

Dijo que en Mazatlán no existe mucho el tema de la discriminación por ser mujer y pertenecer a una agrupación, aunque en Guadalajara, sí existe como un tipo de recelo entre los hombres cuando ven a mujeres mariachis.

“Aquí en Mazatlán tengo dos años, también trabajé en Los Mochis y Culiacán, aunque empecé en Guadalajara, ahí comencé a tocar mariachi”, explicó. 

Las tres chicas son oriundas de Mazatlán y llevan la música del regional mexicano por sus venas, decididas a seguir dejando a las mujeres en todo lo alto. 

Festejan a lo grande 

Fieles a su patrona, Santa Cecilia, los músicos de Mazatlán se reunieron en el Templo de Cristo Rey para cantarle “Las Mañanitas”, las festividades del Día del Músico arrancaron desde temprano, y como cada año realizaron esta ofrenda su virgencita, la cual los protege de todas las adversidades.  

El eco de las melodías resonó por todo el recinto religioso, y al finalizar de tocar los instrumentos, subieron al recinto para hacerle la entrega de arreglos florarles, persignarse y orar un poco.   

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