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MAZATLÁN. – ¿Crees que ya se te fue el último tren para emprender? Debes saber que el emprender un negocio no conoce de la temporalidad ni de edades, pues en cada etapa de la vida se puede redescubrir diferentes oportunidades para iniciar un negocio, nunca se es demasiado joven o demasiado viejo para iniciar, esta es la historia de Claudia Marcela Vázquez y sus Raspados La Villa

Con 53 años edad, pero con las ganas y sueños como cuando era una adolescente, junto a su esposo, la señora Claudia decidió retomar su “changarrito” de raspados y emprender de nuevo, ya que años atrás lo había hecho, entonces no logró establecer un punto fijo, pero su perseverancia pudo más que cualquier obstáculo. 

La necesidad de ganarse unos pesos extras, pues el dinero no alcanzaba en casa, fue su motor principal para volver a colocar su puesto de raspados probando suerte en otro punto de la ciudad, entre la calle Guillermo Haro Barraza y avenida Múnich, a las afuera de la Unidad Deportiva Benito Juárez.  

“Hace algunos años emprendimos el negocio de raspados, no había podido avanzar, estuve en diferentes puntos, pero no tuvimos mucha fortuna, por un momento desestimé, después se atravesó la pandemia y la economía se puso dura como en todas partes, entonces decidí volver al ruedo”, dijo Marcela Vázquez.  

La señora de los rapados de La Villa contó que al volver a emprender tuvieron la fortuna de colocarse en un punto fijo y gracias al apoyo de uno de sus hijos y las nuevas tecnologías, logró tener un impacto importante atrayendo más gente, teniendo un buen inicio. 

“No sabía el impacto de las redes sociales, la verdad, uno de mis hijos nos subió a internet a mí y a mi esposo y hemos tenido ventas para iniciar, ha sido bien, y es una ayuda para nosotros también, muchos queremos regresar después de tiempos tan difíciles”, señaló.  

Un puesto chico, sencillo, sin muchos lujos, pero con unas ganas enormes de encarar la vida y enfrentarla. En el sitio coloca dos mesas con herramientas de trabajo, en una pone sus productos y en otra, la barra tradicional de hielo, dos banquitos y dos hileras, además del toque secreto de la casa.  

La clave es hacer productos cien por ciento caseros con fruta natural que enloquece a sus clientes, ofreciendo diferentes sabores tradicionales: Leche Quemada, Ciruela, Coco, Nuez, Piña, Ciruela, Tamarindo, Vainilla y Chamoy; así como mangoneadas, diablitos y fresas con crema  

El toque especial no es el tradicional jarabe, sino un almíbar que ella misma produce, parecido a la miel, además de la barra de hielo tradicional con el cepillo para tallar. 

“Ahorita inicié con algo chico y es con lo que pienso seguir, más adelante, con el favor, es en el futuro tener un negocio. Pero ahorita solo es esto”, explicó. 

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Para saber  

Los días que se coloca la señora Claudia junto a su esposo e hijo es de martes a domingo con horarios de 16:00 a 20:30 horas.  

Precios  

Repasado Grande, 40 pesos  

Diablito, 45 pesos  

Fresa con crema, 55 pesos  

Mangoneada, 35 pesos  

Dato  

También realizan presupuestos para eventos familiares, pero para mayor información comunicarse al número 6692-71-10-61 o bien a través de Facebook: Raspados La Villa e Instagram con el mismo nombre.

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