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MAZATLÁN.- Eduardo Guizar Sainz fue un niño con sueños que rebasaban “los límites del cielo»; a él siempre le llamó la atención el espacio, recuerda que veía las estrellas imaginando poder alcanzarlas, investigar sobre los planetas y pensar cómo poder conocer más sobre ellos. 

Seguramente habrás escuchado de él,  por ser un mexicano que trabajó para la Agencia Espacial Estadounidense (NASA), pero ¿cómo logró cumplir su sueño? 

Su historia  por amor a la robótica inicia a los nueve años, cuando soñaba con crear sus propios robots, sueño del que se enamoró cuando vio por primera vez a los robots espaciales “R2-D2” y “C-3PO”, mismos que salen en las película de Star Wars. 

Por su mente pasaba la idea: “Hey, yo quiero crear eso, quiero que mis robots también exploren otros planetas”.

“De ver esas películas me enamoré de la robótica, en aquellos tiempos era muy difícil en México poder acceder a esa información y eso era como aprender más”.

Para lograr su objetivo tenía en claro que debía elegir una ingeniería por lo que decidió  estudiar ingeniería industrial en el tecnológico de Culiacán, Sinaloa.  Siendo aún estudiante creó un prototipo de motores de corriente directa para una beca del Conacyt. Este proyecto tenía la finalidad de salvar la vida de la ciudadanía ante situaciones de riesgo para que pudiera ser utilizado por Cruz Roja, Bomberos y por Seguridad Pública. 

Para Eduardo, el continuar con su trabajo era difícil debido a que los costos de las piezas que utilizaba para construir los motores eran bastantes caras, pero nunca se rindió y siguió trabajando. 

“Cada pieza para el siguiente paso costaba más; es ahí donde yo empiezo a solicitar financiamiento con Conacyt para investigación y desarrollo de robótica y nunca llega, dos, tres, cuatro veces hice el intento”. 

Pasado el tiempo recibió un correo electrónico de la NASA, al principio creyó que se trataba de una broma, pero la realidad era otra. La Agencia Espacial Estadounidense tenía toda la información de su prototipo y lo estaban invitando a colaborar con ellos. 

Llega a la NASA

“Me llamaron primero a entrevistarme, para saber quién era Eduardo Guizar, a qué me dedicaba, pero también a conocer los motores”. Es así cómo el sinaloense logró cumplir su más grande sueño.  

Entre sus mayores logros, se encuentra haber diseñado los motores que van colocados en las ruedas que dan movimiento al robot Curiosity, un rover enviado a Marte por la Agencia Espacial Estadounidense en 2011 y que aun en este 2021 continúa explorando para ver si hay condiciones de desarrollo de vida. 

“Desarrollé los motores para mi robótica, tenía otro objetivo. Nunca me imaginé que fuera a llamar la atención de la NASA”. 

Sus motores se replican en Perseverance  

Los motores que diseñó funcionaron tan bien que fueron incluidos  en el nuevo vehículo explorador llamado Perseverance que se envió a Marte como parte de la misión Mars 2020.

El objetivo de las exploraciones es establecer cuáles son las cuatro ubicaciones en estas unidades que cuentan mejor la historia del temprano y la historia geológica del cráter Jezero. Otra de las finalidades de la misión es la búsqueda de signos de vida microbiana antigua. 

“Entonces, Sinaloa ya no tiene 6 motores en Marte, sino que tiene 12 motores trabajando en la superficie de otro planeta. Y es ahí donde el sueño de un niño de 9 años que vio a robots que viajaban en naves espaciales, que llegaban a otros planetas se hizo realidad”. 

¿Qué hace Eduardo Guizar actualmente?

Actualmente dirige su propia empresa Robotics Aerospace, empresa enfocada  a dar soluciones en drones, robótica y desarrollo de satélites amateurs educativos para preparatorias y universidades de distintos estados de la República Mexicana.

El café le cambió la vida, hoy empodera a otras mujeres con su talento

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