Internacional
Llama el Papa Francisco a iluminar a los enfermos
Se reúne el Papa Francisco con la AIL a quien pide iluminar a los enfermos y trabajar por la cultura del descarte
CIUDAD DEL VATICANO.- Iluminar las tinieblas del dolor en las que demasiado a menudo se encuentran los enfermos, descartados en nombre de la eficacia y de la fuerza, a veces incluso eliminados, es el llamado del Papa Francisco.
Ello, en un mensaje a la Asociación Italiana Contra la Leucemia, el Linfoma y el Mieloma, AIL, a quienes agradeció por su compromiso y entrega.
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Llamó a la entrega para anular, paso a paso, esa cultura del descarte que se combate en las plazas, saliendo del propio jardincito para animar la investigación científica. Todo ello con la convicción de que, en la enfermedad, incluso cuando todo parece perdido, es posible esperar.
Solidaridad y cercanía, en un mundo marcado por el individualismo
El discurso del Papa Francisco a los miembros de la AIL, recibidos el 14 de diciembre, en el Aula Pablo VI, con ocasión de del 55 aniversario de la asociación, se basa en estos temas.
El Papa comenzó agradeciendo a la delegación su compromiso en numerosas actividades: la financiación de la investigación, pero también el desarrollo de centros especializados, la acogida y el cuidado de los pacientes en sus casas.
En una palabra, la proximidad, definida como una de las cualidades de Dios.
“El vuestro es un testimonio de solidaridad y cercanía, aún más importante en un mundo marcado por el individualismo”. Papa Francisco
Iluminar de los enfermos y descubrir los “porqués”: Papa Francisco
“Juntos iluminamos el futuro” es el tema elegido para el encuentro, del que Francisco extrae la primera de las tres palabras clave de su mensaje: “iluminar”.
El Papa ha subrayado la necesidad de iluminar, devolviendo a los enfermos al centro.
«En otras culturas se eliminan los enfermos, se eliminan, y esto es feo, es feo. Sus historias y relaciones pueden dar sentido al dolor y ofrecer respuestas a los muchos porqués, disipando la oscuridad del dolor y la angustia que a menudo genera soledad y cerrazón”, lamentó.
Entregarse, tras las huellas del Niño Jesús
La segunda palabra es «don». Su lógica virtuosa es un antídoto contra el consumismo, que aparentemente querría adueñarse también de nuestras vidas.
En la perspectiva de la Navidad, Francisco pide mirar a Jesús, a ese Niño entregado al mundo para que puedan salvarse.
«Saquemos fuerza de su fragilidad, consuelo de su llanto, valor de su ternura», invitó.
Esperanza en la curación y las terapias
Por último, el Papa se detiene en la idea de la plaza, un lugar donde el AIL está presente con una labor capilar de difusión en toda Italia.
Francisco destaca la voluntad de estar con la gente, compartiendo su dolor a través de una presencia nunca intrusiva, siendo buenos samaritanos.
Este compromiso aporta una contribución concreta, aumentando los conocimientos que forman parte de la mejor tradición sanitaria italiana y garantizando la atención a las personas que necesitan sentirse acompañadas en su terapia.
“Sois un pilar en la construcción de dos esperanzas: esperanza de curación, siempre, y esperanza de terapia, en las modalidades más actuales”, expresó.