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MAZATLÁN. – Para el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sinaloa, Servando Rojo Quintero, en los estados y en sus destinos turísticos, debe existir un equilibrio entre la preservación de la historia y el desarrollo urbano.  

Esto, durante su conferencia “Turismo sustentable o turismofobia: Programas Pueblos Mágicos y Señoriales de Sinaloa”, en donde explicó como el turismo contemporáneo en ciudades con un contexto histórico importante ha ocasionado al surgimiento de la “turismofobia”, en el que Sinaloa aún no está envuelto y que puede actuar antes de que sea demasiado tarde.   

Para empezar, ¿qué es la turismofobia?  

Es el temor, aversión o rechazo social que sienten los ciudadanos locales de un destino hacia los turistas, y. por lo general se debe a la mala planificación de políticas turísticas, cuya explotación provoca la destrucción del tejido social y tiende a un decrecimiento de la calidad de vida local.  

Aunado a la gentrificación, un fenómeno de incremento de personas extranjeras radicando en algún destino de nivel socioeconómico medio o alto que ocasionan el desplazamiento de los locales por el encarecimiento de las zonas.  

“El hiperconsumo logró una connotación principal del patrimonio no fue de la entidad, sino en este ciclo de consumo, así vemos nosotros, por ejemplo, la plaza Machado en Mazatlán, Paseo del Ángel en Culiacán que era imposible que se fueran a dar años atrás, se da a partir de los noventas, aquí vemos que se habla de un patrimonio y los cambios que se hacen hacia la modernidad”, dijo. 

El delegado del INAH mencionó que es fundamental buscar un equilibrio en el que se respete el patrimonio cultural y natural de la zona, tanto para los locales como para los turistas y que, el desarrollo que vive cada destino, no afecte a la larga el valor histórico de cada uno, sino que se existan espacios para compartir.  

“En los tiempos modernos estos objetos históricos entran dentro de la dinámica económica y si se puede… diversificar la economía donde el turismo es un complemento esa es la salida, que los tejidos urbanos históricos no sean engullidos por el sistema turístico, es decir, que no lleguen y transformen las ciudades, las calles, la imagen urbana, que no respeten la capacidad de carga”, declaró.  

¿Qué más hacer? 

Rojo Quintero enlistó que es necesario invertir en la correlación, en poblaciones al servicio de los habitantes locales; el respeto del patrimonio natural y cultural; evitar la turistificación de las localidades; y compartir los espacios entre el turismo y el habitante local.  

Para el caso de Sinaloa, dijo, aún se está a tiempo, sobre todo, al ser el único estado con la implementación de Pueblos Señoriales acompañado de los Pueblos Mágicos para darle ese valor social, cultural e histórico de cada comunidad.  

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