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MAZATLÁN. – ¿Te imaginas llegar un día al hospital por una convulsión, abres los ojos y tienes a un bebé por un lado? Así le paso a María Fernanda cuando tenía 21 años, estuvo internada e inconsciente por un dolor sin saber que ese lo convertiría en mamá y su viaje cambiaría el resto de su vida.  

Actualmente tiene 32 años y para ella, el ser mamá ha sido el viaje que más ha disfrutado, del que más ha aprendido y el que todos los días le está dejando una enseñanza, que, aunque no ha sido sencillo, sí es el más realista.   

“Vivo prendiendo sobre la marcha, sin tiempo de crearme la idea de que soy mamá, me costó, sí, pero es un viaje que he disfrutado, no todo me ha salido muy bien, soy mamá soltera y eso creo que tiene el doble de trabajo porque tienes que cubrir esas necesidades”, declaró.  

No ha sido fácil, aclara, sin embargo, nunca ha dejado de soñar, nunca se ha dado por vencida, siempre busca superarse, ha visto por sí misma, apoyándose de una red como su familia y amigos, que desde un inicio caminan a su lado en los momentos más complicados. 

Expresó que su labor como mamá es de las labores más importantes, que más le llenan de amor y que más la han tocado en la vida y el alma.  

“Mi hijo me ha enseñado a resolver las cosas rápido, desde que nació, a ser una persona más paciente, más tranquila, a saber, esperar, a saber, amar a un ser humano… estoy muy contenta, es algo muy difícil, no ha sido un camino fácil”, comentó.  

De las aulas a La Academia  

Si estabas leyendo y su rostro se te hacía conocido, es porque Mafer, como todos la conocen, estuvo en la última generación de La Academia, este reality show de canto que se realiza a nivel internacional y que la colocó en los ojos de todo un país.  

El canto lo lleva desde pequeña, la música ha vivido en ella desde que nació; su abuelo y bisabuelo eran músicos, uno tocaba el clarinete y el otro la trompeta, así es, era la pequeña de los “palomazos” en las fiestas familiares, también la que se sabía las canciones de las películas de Disney.  

Creció participando en concursos de canto, formando parte de los coros, sin embargo, solo era un hobbie que quedó guardado hasta sus 24 años y dedicó su vida a la docencia, pasando por ella, varias generaciones de niños y niñas de primaria.  

“Era maestra desde los 21 hasta los 29 que fue cuando ya me tocó irme a este programa que se llama La Academia. Tuve mis buenas generaciones de niños, desde que inicié, me tocaba trabajar con los chiquitos, pero yo sentía que no podía hacer otra cosa sin la otra”, dijo.  

Fue entre los 24 y 25 años que los fines de semana se quitaba la docencia y se iba a cantar, en restaurantes, bares y eventos privados y cuando terminó en el reallity show, decidió solo cantar por encima de enseñar.  

Actualmente es mamá y es cantante y si algo deja claro es que los sueños se cumplen, a pesar de los cambios que puedas enfrentar en el andar de tus años y ese es el consejo que les dice a todas las mamás este 10 de mayo.  

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