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SAN JOSÉ.- «Es una vergüenza”, lamentó la venezolana Tamara Taraciuk, directora interina para las Américas de Human Rights Watch (HRW), al reaccionar a la decisión de México de abstenerse ayer en la votación de la Asamblea General de la ONU que suspendió a Rusia del Consejo de Derechos Humanos (CDH) del foro mundial por las atrocidades que cometió en la invasión a Ucrania. 

«Ser neutral es cómplice», fustigó vía Twitter el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, aunque sin mencionar específicamente a México.  

«Debemos ser consecuentes con nuestras obligaciones en la materia: Frente a crímenes de lesa humanidad, ser neutral es cómplice», precisó Almagro, al subrayar que la secretaría general de la OEA «apoya la decisión» de la Asamblea «de suspender a Rusia del Consejo». 

Con 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones, la Asamblea aprobó excluir a Rusia del Consejo, con sede en Ginebra, Suiza, por «violaciones y abusos graves y sistemáticos» por parte de las tropas rusas en la agresión bélica que Moscú lanzó el 24 de febrero pasado contra Ucrania.  

Earl Anthony Wayne, exembajador de Estados Unidos en México, dijo a este diario estar seguro de que EU y sus aliados «esperaban que México se uniera» y votara a favor de la resolución: «Al menos, la abstención no contó en contra de las dos terceras partes de votos requeridos para suspender a Rusia».  

Sin embargo, añadió que «dadas las acciones horribles contra los civiles, la destrucción masiva de Ucrania y la amenaza de una nueva ofensiva rusa desde el este, Estados Unidos y sus aliados están alentando a la mayor cantidad de democracias posibles en el mundo para unirse en contra de estos movimientos ofensivos».  

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Lamentó que «las señales mixtas del gobierno mexicano con respecto a Ucrania reflejan una bien conocida predilección en materia de política exterior que ha sido evidente en esta administración [e históricamente]. Será tomada en cuenta por los que ya critican a México en Washington por otras razones». 

Según el recuento de la ONU, los países latinoamericanos y caribeños que se abstuvieron fueron 10: México, Brasil, El Salvador, Barbados, Belice, Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam, San Vicente y las Granadinas y San Cristóbal y Nieves, mientras que en contra votaron Cuba, Nicaragua y Bolivia. Venezuela se ausentó. 

China, Irán, Corea del Norte, Vietnam, Siria y Rusia estuvieron entre los 24 opuestos a expulsar a la delegación rusa de lo que es uno de los máximos foros mundiales de promoción de los derechos humanos. 

Ucrania agradeció la decisión en voz del embajador Sergiy Kyslytsya, quien aseguró que «Rusia no solo está cometiendo violaciones de los derechos humanos, sino que está sacudiendo los cimientos de la paz y seguridad internacionales».  Rusia tachó su suspensión de «ilegal y políticamente motivada». 

En entrevista con El Universal, Taraciuk alegó que «la postura de abstención de México, junto a Brasil y El Salvador, es una vergüenza porque aquí estamos ante un gobierno sobre el que, como el de Rusia, hay evidencias de posibles crímenes de guerra». 

Con el retiro de las tropas rusas de varias zonas de Ucrania, en HRW «hemos documentado casos de ejecuciones sumarias, violencia ilegal contra ciudadanos [ucranianos], una violación sexual repetida», reveló. «Esto es lo que se empieza a saber, cuando las tropas rusas se retiran», agregó la dirigente en funciones para el hemisferio occidental de HRW. 

«En este contexto decir o sugerir que Rusia puede tener un lugar en la mesa del Consejo de Derechos Humanos es una vergüenza», reprochó.

La suspensión de Rusia «es un mensaje extremadamente fuerte y poderoso sobre la condena global sobre las barbaridades que está haciendo Rusia. El gobierno ruso, que ha cometido horribles violaciones de derechos humanos en Ucrania, dentro de Rusia y también en [el conflicto bélico de] Siria, no tiene ningún mérito para ser parte del Consejo», indicó. 

Al referirse a la masacre de cientos de civiles atribuida a las tropas rusas y ocurrida del 27 de febrero al 31 de marzo en  Bucha, aseveró: «Las imágenes de los cuerpos tirados en Bucha han estremecido al mundo (…) Las víctimas y los familiares se merecen que quienes están detrás de esas barbaridades sean debidamente investigados. Esta [suspensión] envía un mensaje de condena global de que estas cosas no se toleran en las democracias del mundo». 

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Motivos mexicanos 

Al justificar la abstención, el embajador de México en la ONU, Juan Ramón de la Fuente, argumentó que «la permanencia o no de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos, no constituye un factor que la exima o le imponga obligaciones bajo el derecho internacional (…)  El punto central es llevar ante la justicia a quienes resulten responsables, no suspender a un Estado de su pertenencia a un órgano subsidiario de esta Asamblea ante el cual todos los Estados miembros debemos rendir cuentas bajo las mismas reglas y conforme a los mismos criterios». 

De la Fuente mencionó que México condenó la invasión de Rusia a Ucrania «por ser violatoria del Derecho Internacional» y los ataques a la población civil y la infraestructura y apoyó «sin ambages» el pedido del secretario general de la ONU, António Guterres, de indagar con imparcialidad las probables graves violaciones a los derechos humanos para identificar a los culpables. 

Para Duncan Wood, vicepresidente de Estrategias y Nuevas Iniciativas en el Wilson Center, la decisión que tomó México en la ONU «es un ejemplo muy claro del gobierno mexicano intentando mostrar su autonomía e independencia de Estados Unidos. Para el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre es útil poder distraer al público, y sobre todo a las élites, de los problemas que enfrenta su administración».  

Consideró que «habrá represalias por parte de Estados Unidos, probablemente en forma de declaraciones del Congreso estadounidense atacando la postura de México». Hoy, lamentó, «hay más tensiones políticas entre México y EU que en cualquier momento en los últimos 20 años». 

El exembajador Wayne opinó que «las relaciones entre México y EU son fuertes e importantes para ambos países. Los dos gobiernos tienen un diálogo fluido y regular sobre muchos asuntos, y procesos acordados para gestionar asuntos importantes entre los dos países. Estoy seguro de que esto continuará».  

Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas Migratorias, dijo a este diario que «es difícil entender por qué el gobierno mexicano está tomando una postura tan distinta a la de la mayoría de las democracias en el mundo, especialmente EU, Canadá y los países europeos y de América Latina». Falta, acotó, «más claridad del gobierno mexicano para que esto no genere ruido en sus relaciones con otros socios clave, incluyendo los otros dos países de América del Norte». 

En su conferencia matutina, el presidente López Obrador ya había adelantado que México se abstendría en la votación de la Asamblea General.  

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Joel Hernández García, uno de los siete comisionados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización de Estados Americanos, recordó que acorde con las reglas del Consejo de Derechos Humanos, sus integrantes pueden ser suspendidos si cometen abusos sistemáticos a los derechos humanos. Hasta ahora, eso sólo había ocurrido en 2011, con Libia. 

«Uno de los requisitos para ser miembro del Consejo es que los países son respetuosos de los derechos humanos. Cuando estamos presenciando estas violaciones graves y sistemáticas, los países, en este caso Rusia, no tienen las credenciales para pertenecer a este órgano», insistió.

«La decisión de la Asamblea debe entenderse como una sanción a Rusia por las presuntas violaciones que ha cometido en Ucrania, sobre todo en crímenes de guerra», dijo. 

Un órgano clave 

El Consejo de Derechos Humanos (CDH) se encarga de detectar violaciones a dichos derechos y aprobar investigaciones sobre ello; lleva a cabo revisiones periódicas en las 193 naciones que integran la ONU.  

Creado en 2006, ha instalado comisiones de investigación sobre violaciones perpetradas en los conflictos en Ucrania, Siria y los territorios palestinos, entre otros.   

Está integrado por 47 Estados, elegidos por la mayoría de los miembros de la Asamblea General. Sirven por un periodo de tres años. 

Su reglamento contempla que un país miembro puede ser suspendido por cometer abusos sistemáticos a los derechos humanos. Sólo había ocurrido una vez, con Libia, en 2011. 

(Fuente: CDH) 

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