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MAESTRO SOMBRA

MAZATLÁN. – ¿Alguna vez has escuchado hablar de las sombras? o ¿has escuchado decir que un niño con autismo fue admitido en la escuela regular u ordinaria, pero condicionado a disponer de un acompañamiento dentro del aula?  

A estas personas se les llama ya no se les dice «sombras» sino maestros monitor, aunque también son conocidos como maestros sombra, asistente o auxiliar terapéutico, asistente educativo y maestra de apoyo.  

Pero, ¿Qué es y qué hace realmente un maestro monitor? 

De acuerdo con Samantha Medina Soto, psicóloga educativa y maestra en educación especial, el maestro monitor es un apoyo educativo, un recurso psicopedagógico que se aplica en circunstancias muy especiales cuando se observan que existen dificultades en clase para que el niño se desarrolle con normalidad o cuando la institución no cuenta con los recursos necesarios para impartir clases a niños con alguna discapacidad neuronal.  

Y ojo, no se trata de que un familiar o conocido del menor se encargue de la situación, sino de que profesionales que están cualificados para ejercer esta labor lo hagan, ya que poseen los conocimientos necesarios para favorecer el desarrollo cognitivo y social de los pequeños. 

El maestro monitor estará junto a él para ayudarlo a encontrar vías de comunicación efectivas con los profesores y el resto de compañeros, pero no actuará como altavoz del niño, sino que deberá trabajar para conseguir que el menor se comunique o realice cualquier otra actividad de manera autónoma. 

También es importante destacar que el monitor se integre en el aula, estableciendo relaciones con el resto de personas, tanto estudiantes como profesores, de manera que su presencia no sea hostil para los niños y tampoco entorpezca el desarrollo natural de la clase, es por ello que se les denomina comúnmente como “sombras”, porque están siempre junto al menor.  

“A través de esta persona monitoreamos el comportamiento de los niños que tienen la necesidad de estar acompañados con un trabajo guiado correctamente, por lo habitual debe ser un profesional el que se encargue de realizar la actividad”.  

Entre sus principales funciones destacan: 

  • Apoyar al alumno 
  • Promover su progreso hacia la autonomía 
  • Entender el proceso del alumno 
  • Mediar entre la familia y el centro educativo 
  • Reducir las barreras 

Gabriela Osuna, maestra monitora  

Ella es psicóloga y tiene 5 años trabajando como sombra monitora, experiencia que cuenta como bonita y complicada a la vez, debido a los retos a los que se enfrentan cada día con los menores.  

Ha trabajado con dos niños, un menor que padecía síndrome de Down, con él trabajó durante 4 años, tiempo en el que vio un notable crecimiento en el niño y aunque que quería seguir trabajando con él no se pudo.

Para las maestras monitores hay una regla y es la de no apego, para que el menor siga con su crecimiento debe aprender a valerse por sí mismo y sin la ayuda de tercera persona. 

“La verdad es que siento que, si tienes vocación es muy fácil porque tienes como un cariño y la sensación de ayudar, de tratar de hacer tu mejor; no siento que sea difícil, pero a veces puede ser complicado, pero cuando ves lo resultados, que empiezas a ver los avances te motivas mucho”.  

Actualmente está acompañando a un pequeño de tan solo 4 años de edad; por su temprana edad no ha podido recibir su diagnóstico, pero los doctores informan que podría tener autismo,  

Psicología Aplicada  

Psicología Aplicada es un espacio creado por la psicóloga Samantha donde en su mayoría atienden a niños con alguna discapacidad cognitiva, ahí mismo ella se encarga de entrenar a maestras monitor; se les proporciona información específica acerca de muchos tipos de discapacidades y cómo lidiar con ellas. Además se les instruye sobre temas diferentes a enseñar, dependiendo de la discapacidad. 

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