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CIUDAD DE MÉXICO.- El salario mínimo en México ha crecido significativamente en los últimos años, pasando de 102.68 a 248.93 pesos diarios. Este incremento busca mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, pero también ha generado desafíos para las empresas, que deben reconfigurar sus estructuras salariales y reforzar su comunicación interna. 

Uno de los principales efectos es la “compresión salarial”, que reduce la diferencia entre sueldos dentro de una empresa, afectando la percepción de equidad y la competitividad. Para evitar una alta rotación, algunas compañías han ajustado sueldos hasta en un 15%, mientras que otras han recortado gastos en innovación y herramientas de trabajo. 

No todas las industrias han resentido el impacto por igual. En sectores con salarios bajos, como el comercio y los servicios, el alza representa un desafío financiero.

En contraste, el sector tecnológico ha visto un aumento salarial impulsado por la demanda de especialistas en ciberseguridad e inteligencia artificial. 

Más incrementos al salario mínimo

Con Claudia Sheinbaum en la presidencia, se prevé un nuevo incremento del 12% al salario mínimo. Aunque esto beneficia a quienes ganan menos, no garantiza aumentos proporcionales para otros trabajadores.

Para compensar, algunas empresas ofrecen beneficios como flexibilidad laboral, capacitación y bonos de productividad, priorizando el bienestar y el desarrollo profesional como estrategias clave para retener talento.

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