Cultura
Y la maldición se consuma, paga Rigoletto con su bien más preciado
El público en el Teatro Ángela Peralta se estremeció con la magistral puesta en escena de Rigoletto, de la bufa al llanto
MAZATLÁN.- Y la venganza se consuma. El bufón que se reía de todos en la corte fue víctima de la maldición de un padre y pagó con su bien más preciado. Rigoletto pasó de las carajadas a la petición de piedad y de ahí a la desolación total.
El público en el Teatro Ángela Peralta gozó de la puesta en escena de la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi, con las interpretaciones magistrales del barítono mazatleco José Adán Pérez y la soprano tapatía Anabel de la Mora.
Un primer acto festivo, en el que el lujo y la degradación moral se hacen presentes, más que por la escenografía en el escenario, en el derroche de bebidas, de bailarinas y la figura del mal.
El Duque de Mantua, interpretado por el tenor Édgar Villalva, trata de convencer a la Condesa Ceprano, interpretada por Ángela Rodríguez, de huir con él… en las barbas del Conde Ceprano, que es José Miguel Lora.
En medio de la confrontación del Conde Ceprano con el Dique de Mantua, mediado por Rigoletto, aparece el Conde Morerone, Noel Osuna, reclamando el ultraje a su hija y en venganza maldice a Rigoletto.
José Adán Pérez y Anabel de la Mora, un segundo acto sublime
Un segundo acto sublime. La dulzura de la voz de Gilda, la soprano Anabel de la Mora, se combina con la de José Adán Pérez, un Rigoletto que busca proteger a su hija de los peligros mundanos que él mismo frecuenta… pero no quiere para su bien más preciado.
Ella no entiende esa preocupación, pero agradece su interés en mantenerla a salvo… sin embargo le oculta que su corazón ya late por el Duque de Mantua, que se introduce a su propia casa, disfrazado de estudiante pobre, en complicidad con Giovanna, Flor Estrada, que se deja comprar con un regalo.
Los propios amigos de Rigoletto descubren a Gilda, pero asumen que es amante de Rigoletto puesto que no saben que tiene una hija… y la secuestran, pero van y la dejan en la casa del Duque de Mantua, quien se siente, por primera vez, enamorado y preocupado por su amada.
Rigoletto implora perdón y recupera a su hija, pero jura vengarse del Duque de Mantua, aunque no fue él el secuestrador. Y para ello recurre al bandido Sparafucile, interpretado por José Miguel Valenzuela.
Y la maldición del Conde Morerone contra Rigoletto se cumple
Al llegar a la posada propiedad de la hermana de Sparafucile, Magdalena, interpretada por la mazatleca Sara Holcombe, Rigoletto le demuestra a Gilda que el Duque de Mantua es un mujeriego que a todas las mujeres les promete amor eterno, aun así, ella le implora que lo perdone la vida.
Magdalena le pide lo mismo a su hermano, que perdone la vida del duque, el maten a otro en su lugar para cumplir con el pedido de Rigoletto. Al escuchar eso, Gilda, disfrazada de hombre, toca la puerta de la posada y es a ella a quien asesinan.
Y Rigoletto habría tirado el cuerpo de Gilda al agua si no hubiera escuchado al Duque cantar La Donna E´ Mobile, al abrir el costal se da cuenta de que el Gilda a quien Sparafucile asesinó. El destino lo alcanzó.
Rigoletto, una producción de Escena 77 y el Instituto de Cultura
La producción que enriquece la programación del Festival Cultural Mazatlán 2024, fue realizada con el estímulo fiscal del artículo 190 de la LISR (EFIARTES), Escena 77 y el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán.
Apreciar la voz y desempeño escénico de José Adán Pérez, cantante mazatleco que ha pisado los escenarios más exclusivos de Japón, Suiza y Estados Unidos, genera orgullo por el éxito que ha logrado en el ámbito operístico al compartir escenario con Plácido Domingo y el director de Orquesta Gustavo Dudamel, entre otras grandes figuras de la escena internacional.
La Camerata Mazatlán y músicos invitados bajo la batuta del maestro Sergio Freeman interpretó la música, compuesta por el italiano Giuseppe Verdi en 1851, considerada una de las obras más destacadas del repertorio operístico.
El Coro Ángela Peralta, dirigido por la maestra María Murillo, complementó la producción con su armonioso canto.
En esta adaptación la escenografía es de Félix Arroyo; el diseño de vestuario de Elisa Espinosa; el diseño de iluminación y coreografía de Agustín Martínez y el diseño maquillaje de Axiel Díaz.
Con esta puesta en escena concluye la Temporada de Ópera Mazatlán 2024 que colocó a esta ciudad en la cima de la ópera nacional.