Cultura

‘Todo o nada es real’, Tamara Trottner

La escritora de ‘Nadie nos vio partir’, Tamara Trottner, estará en Mazatlán el 10 de octubre, invitada por La Casa del Caracol

Publicado

en

Samuel Parra

MAZATLÁN.- No puedes contar toda la vida con detalles porque sería apología del delito, la escritora Tamara Trottner violó la regla no escrita.

Nunca la maternidad ha sido un remanso. La novela Nadie nos vio partir narra cómo el planeta Tierra se oscureció de tanto drenar la felicidad de una mujer que nació, murió y revivió el secuestro de sus hijos a manos de su esposo al día siguiente que su hija cumplió cinco años.

Pase a leer ¿Y el Ro… Dámaso?

La Sala de Lectura Lectaurante “La Ballena Blanca» entrevistó a la autora de esta obra que se presentará el jueves 10 de octubre en Casa Haas, a las 19:00 horas, por el aniversario de la Librería La Casa Del Caracol.

¿De qué va la novela?

Tamara Trottner desenvaina su ariete para embestir el pasado. Ella y su hermano fueron secuestrados por su padre, a quien llamaremos Leo, en venganza contra su esposa, a quien le diremos Valeria.

Ambos personajes son descendientes de familias judías muy poderosas en México, y sus abuelos llegaron a este país huyendo por los estragos de la Segunda Guerra Mundial.

Son personajes desterrados de sus pueblos de origen. Amasaron una cuantiosa fortuna y a sus hijos les heredaron el sentimiento de exiliarse, no pertenecer a ningún lugar y menos ser dueños de sus vidas.

Valeria y Leo no son el matrimonio perfecto, viven de apariencias en el México de los años sesenta, la zona de Polanco son terrenos baldíos sin valor, pero los poderosos empresarios judíos Moisés y Samuel, padres respectivos de los personajes, saben que el éxito de los negocios no está en la venta sino en la compra.

¿Qué provocó en Leo la desesperación por secuestrar a sus hijos? ¿Viajaría Valeria por el todo el mundo durante dos años para encontrarlos? ¿Cómo es que el FBI, la Interpool y los Altos Tribunales de Israel están involucrados en esto? Son algunas dudas que encierra esta novela editada por Alfaguara.

– ¿Siendo escritora cómo decides qué tanto es real y ficción en tu libro?

«En mi caso está no es una decisión tomada en forma consciente. Yo escribo lo que mi memoria tiene guardado. Esa es mi verdad. Para alguien más podrá ser ficción. Cuando me preguntan que parte es real sólo puedo responder todo, o nada».

El estilo narrativo de Tamara Trottner

Tamara y su pluma incomodan, nos enfrentan a realidades difíciles de asumir, nos proyectan en espacios hostiles y nos hacen partícipes de las vicisitudes de personajes cargados de odio, resentimiento, rabia y frustración.

Nadie nos vio partir intenta dinamitar la gramática de la familia, la maternidad y del amor. La novela tiene capítulos que son autónomos, independientes, que vistos de manera aislada no parecen encajar pero puestos donde están embonan a la perfección. 

En algunos de ellos aparecen las influencias y homenajes a William Shakespeare, Juan Rulfo y William Faulkner, cuyas presencias se sienten en toda la obra sin que fuera premeditado por temas como la muerte y la venganza.

Lo que hizo Trottner fue reaccionar como reaccionamos en los procesos narrativos; que nunca son organizados,siempre son improvisados.

A pesar de todos esos saltos de tiempo y cruces de historias el lector nunca se pierde, siempre sabe en dónde está caminando y en qué tiempo está andando.

– ¿Por qué decides un estilo narrativo no lineal?

«El estilo narrativo, en mi caso nace conforme va saliendo la historia. Existen dos tipos de escritores: de mapa o de brújula. Los de mapa tienen todo decidido y planeado antes de escribir la primera línea. Los de brújula vamos siguiendo las señales, escuchando a los personajes, viendo a dónde debemos dirigirnos para crear la historia».

Los personajes

La maternidad es algo tan sorprendente que siempre habrá algún aspecto que haga preguntarte ¿pero por qué nadie me ha hablado de esto? Y no creo que sea por un tabú, sino porque es una vivencia tan íntima y distinta de una mujer a otra, que nadie puede afrontarla con conocimientos de todo lo que va a pasar. 

A Valeria nadie la preparó para separarse de su hija e hijo durante dos años. Sobre sus clavículas huesudas se estrella gran parte del argumento histórico.

Su hija se atrinchera para guarecerse del bombardeo constante de recuerdos que caen sobre ella. Los misiles atinan al blanco cuando ella se atreve a contar lo que realmente sucedió incluso a cuestionarse a sí misma si ama a su padre o lo odia.

Cuando entiendes la relación entre todos los personajes pasa algo: viene el estupor, sientes vergüenza, ira, angustia, depresión y todo el coctel químico que el cerebro reproduce en ciclos de tensión, carga, descarga y distensión.

Entonces suspiras. Sí, parece que las hojas del libro producen un huracán cuando cambias de página, pero tú no las escuchas. Te relajas. Piensas. Así son las cosas acá en la realidad.

– ¿Cada personaje lleva su peso en la obra, ¿cómo decides ser objetiva sin que te gane el corazón?

«En Nadie los vio partir cada personaje tiene sus razones para hacer lo que hace. No pude escribir esta historia hasta que tuve claro que todas las verdades eran verdaderas y que no hay buenos y malos. Me tardó muchos años entenderlo, pero una vez que lo tuve claro la historia fluyó de principio a fin».

Nadie nos vio partir es más que un secuestro, los invito a leerla para que entiendan que a veces los villanos no son quienes pensamos.

Noticias

Salir de la versión móvil