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(Redactado por Edith Villaseñor)

MAZATLÁN.- La creciente tensión en la guerra comercial entre Estados Unidos y Canadá ha llevado a este último a tomar medidas contundentes. Una de las acciones más destacadas es la retirada de bebidas alcohólicas estadounidenses de las estanterías en varias provincias. 

En Ontario, la empresa estatal LCBO, encargada de la venta de alcohol en la provincia, dejó de comercializar productos originarios de Estados Unidos.  

Esta decisión es significativa, ya que LCBO es uno de los mayores compradores de bebidas alcohólicas a nivel mundial, con ventas anuales de aproximadamente mil millones de dólares canadienses (680 millones de dólares estadounidenses) en productos estadounidenses. 

¿Quiénes ya comenzaron el retiro de Made in USA? 

Provincias como Quebec, Nueva Escocia, Terranova y Labrador siguieron la misma línea, ordenando el retiro de bebidas alcohólicas estadounidenses de sus tiendas. Columbia Británica, en cambio, optó por una medida más específica, eliminando únicamente las bebidas provenientes de estados gobernados por el Partido Republicano. 

Estas acciones se suman a los aranceles del 25% que el gobierno federal de Canadá comenzará a aplicar a ciertas importaciones estadounidenses a partir del martes.  

La medida refleja el deterioro de las relaciones comerciales entre ambos países y tendrá repercusiones tanto para consumidores como para comerciantes a ambos lados de la frontera. 

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Reacciones en otros países

Mientras tanto, otros países también respondieron a las políticas comerciales de Estados Unidos. China impuso aranceles adicionales de hasta el 15% sobre productos agrícolas estadounidenses en represalia por los gravámenes de Trump.  

Además, el gobierno chino presentó quejas ante la Organización Mundial del Comercio y expresó su disposición a negociar bajo condiciones de igualdad y respeto mutuo. 

En Europa, líderes como el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, aseguran que el continente responderá con proporcionalidad ante las amenazas comerciales de Estados Unidos. Destacan la fortaleza de la Unión Europea como el mayor bloque comercial del mundo y defienden la cooperación y el multilateralismo en el comercio. 

La comunidad internacional observa con preocupación cómo estas tensiones comerciales podrían afectar la economía global, generando incertidumbre en los mercados y debilitando la confianza de inversionistas y consumidores. 

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