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¿Existen los libros malos? 

Si todos los libros fueran buenos y valiera la pena leerlos todos serían Nobel de Literatura, sí existen los libros malos para poder apreciar los buenos

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Samuel Parra*

Abro hilo de diálogo, jamás debato porque no busco imponer ideas. Sólo quiero comentarles que los críticos literarios morirán de hambre si negamos la existencia de los libros malos. 

Si todos los libros fueran buenos y valiera la pena leerlos no habría gente preparándose y estudiando la literatura para poder afirmar si un libro cuenta con un buen discurso narrativo o no.  

Si la calidad de los libros dependiera de cuántas personas los leen o a cuántos les entretiene, no existiría un Nobel de Literatura. Sería lo mismo un libro de Mario Vargas Llosa que uno de Stephanie Meyer. Hay estándares o como dice la chaviza «hay niveles guey». 

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Los libros malos no van a desaparecer porque son necesarios. Si no has leído uno, no podrás diferenciarlos de los de mejor estructura. 

Todos reaccionan diferente ante una misma lectura, hay historias cuya interpretación es muy distinta a la que el escritor quiso plasmar. Existe el gusto, la preferencia y los libros que no son para ese momento tu vida.  

Todos son libres de leer lo que les plazca, pero no se puede confundir el gusto personal con los cánones estéticos y de calidad que evolucionan, pero siempre están presentes.  

No está mal disfrutar de una saga vampírica o perderse en una historia de Camus. Ambas son posturas respetables. Pero no es una subjetividad el que uno es algo de primera y del otro hay muchos parecidos e igual de llenos de lugares comunes. Eso es un hecho. 

Ejemplo de que existen los libros malos 

Esta cuerpa mía: aburrido y forzado 

Esta cuerpa mía, escrito por Uri Bleier es un libro oportunista, insípido, banal y huérfano de propuesta narrativa. 

¿Cuál es la trama de Esta cuerpa mía

Con el nombre de Leonardo a cuestas y una estética andrógina, la protagonista llega a Tijuana, estafada por un grupo de tratantes. Bautizada como Mónica y cobijada por Rosy, una especie de madre adoptiva, se siente plena y aprende los trucos del que será su mundo: un lugar lleno de traiciones, felicidad, euforia y adicciones.  

¿Por qué oportunista?  

Es oportunista porque, así como hay libros de Ayotzinapa, La Casa Blanca, el 68 o el PG, el autor aprovechó que la inclusión es un tema vigente y decidió escribir de él. El oportunismo puede funcionar cuando la historia es buena pero aquí no ocurre eso. 

El autor quiere meter con calzador el lenguaje incluyente a su obra, es excesivo, no permite al lector digerir las ideas y quizá no cause confusión, pero es muy repetitivo e insistente. Aclaro que no estoy en contra de este estilo de comunicación, pero cuando eres un lector crítico reconoces aquello que la trama adopta como natural y no como forzado. 

¿Por qué es banal? 

La RAE define banal como trivial, común e insustancial. La historia despega y se estrella en menos de 20 páginas. Es un «remake» del Vampiro de la Colonia Roma, escrito por Luis Zapata. Y lo digo no porque rompa con las reglas de ortografía sino porque la obra no trasciende y el personaje principal es auto conmiserable y un cliché de lo que no son los personajes trans. Sinceramente lo sentí como una burla y no una parodia. 

¿Por qué es insípido? 

Tiene más sabor una Coca Cola en bolsa. Hace chistes de cualquier situación. Es como estar con tu amigo el enfadoso rogándote porque le presentes a una morrita y tu compa está bien federico. 

Es insípido porque el personaje principal no tiene autonomía, carece de madurez (siempre es lineal, no evoluciona), tiende a desvariar y no causa sentimientos al lector. 

¿Por qué huérfano de propuesta narrativa? 

Quiere imitar a Camila Sosa Villada y está a años luz de hacerlo, ella conmueve en su prosa sin mofarse de la Comunidad LGBTTTIQ porque es realista, ecuánime, está apegado al termómetro sentimental de la raza y este escritor no. 

Incluso menciona a Pedro Lemebel, autor de Tengo miedo torero, y tampoco le llega a los talones. 

Conclusión 

Me gusta la literatura LGBTTTIQ, la promuevo en mis redes sociales, pero sinceramente el libro Esta cuerpa mía me dio hueva. Leí 32 páginas y no pude más.  

Todavía me sorprendo porque con Temporada de Huracanes, de la Fernanda Melchor, leí tres cuartas partes del libro antes de regalarlo porque no me convenció. 

*Samuel Parra

  • Escritor, Ensayista y Promotor Cultural. Ha publicado ocho libros. Sus obras han sido premiadas en La India, Colombia, Perú, Chile y Estados Unidos.  
  • En el 2022 fue nombrado Embajador Cultural por la municipalidad de Margarita Bolívar, en Colombia.  
  • Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Sinaloa, Master en Literatura Mexicana Contemporáneo por la Universidad Autónoma Metropolitana.  
  • Actualmente colabora con la Universidad de Tours, en Francia y la Universidad Humboldt de Berlín, en el área de investigación académico-literaria.  
  • Forma parte del Sistema Nacional de Salas de Lectura, donde genera proyectos comunitarios para el esparcimiento de este hábito.  
  • En Tiktok, Instagram y Facebook pueden seguirlo como «Nono El Cerdito Lector», donde recomienda libros y autores, a través de un peluche que colabora con el Fondo de Cultura Económica, Brigadas para Leer en Libertad, Buscalibre.com y Librería Gandhi.  
  • Su obra literaria se concentra en los géneros de novela negra, realismo sucio, crónica y entrevista.  

Y mientras redacta estas líneas de texto, en la intimidad que ofrece una cocina económica que atiende, el autor se «esmera» en escribir cuentos para jóvenes prófugos del ácido fólico.  

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