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 ATLANTA.- En un momento decisivo para su carrera política, el presidente Joe Biden intentó demostrar que las preocupaciones sobre sus 81 años eran infundadas y que sigue siendo un candidato ágil y capaz de enfrentar a quien describe como una “amenaza a la democracia”. Sin embargo, durante el debate prematuro frente a Donald Trump, antes de que ambos sean oficialmente nominados por sus respectivos partidos, las expectativas no se cumplieron para Biden. 

El presidente mostró una voz ronca y débil, y sus declaraciones erráticas contrastaron con un Donald Trump que, aunque repetidamente recurrió a la mentira, demostró tener una estrategia clara. Trump se centró en retratar la migración como una amenaza y se negó a comprometerse a respetar los resultados de las elecciones del 5 de noviembre. 

Un encuentro lleno de tensiones 

El debate, moderado por Jake Tapper y Dana Bash, fue un espectáculo de ataques personales e insultos.  

Desde el inicio, Trump no se cansó de repetir sus críticas: acusó a Biden de ser el “peor presidente en la historia de Estados Unidos”, de permitir el paso de “millones de ilegales criminales” y de ser responsable de la inflación que, según Trump, “está matando a nuestro país”. Aunque las cifras económicas actuales desmienten esta afirmación, el exmandatario insistió en que había dejado una economía próspera. 

Por su parte, Biden llegó preparado para atacar la política antiaborto de Trump, su manejo de la pandemia de Covid-19 y su papel en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Pero su falta de firmeza y problemas de dicción socavaron su mensaje. A pesar de sus intentos por señalar a Trump como un “criminal convicto” y una “amenaza a la democracia”, Biden no logró conectar con la audiencia de manera efectiva. 

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Acusaciones y respuestas 

Trump desvió constantemente las preguntas de los moderadores, enfocándose en atacar a Biden. Lo acusó de provocar la inflación y de querer llevar a Estados Unidos a una “tercera guerra mundial”.  

Biden, en respuesta, culpó a Trump del fin de Roe vs. Wade y de erosionar los derechos reproductivos de las mujeres, mientras Trump defendía que los estados debían decidir sobre el aborto. 

En un intercambio particularmente tenso, Biden acusó a Trump de incitar la irrupción en el Capitolio. Trump respondió acusando falsamente a Nancy Pelosi de ser la responsable por no aceptar la ayuda de la Guardia Nacional. 

Un final incómodo 

El debate terminó con Trump afirmando que Estados Unidos es un “país fallido” que él rescatará, mientras Biden advirtió que un regreso de Trump a la Casa Blanca sería una amenaza para la paz y la democracia.  

Al finalizar, Trump dejó en el aire la pregunta sobre si respetará los resultados electorales, condicionando su aceptación a que sean “justos y legales”. 

Biden, por su parte, recibió el abrazo de su esposa, Jill, pero no logró disipar las dudas sobre su capacidad para gobernar otros cuatro años. Entre los demócratas, el desánimo era palpable, y algunos comenzaron a cuestionar si es hora de cambiar de candidato. 

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