Maleconeando
Mercería Alemana, el edificio más señorial de Mazatlán
Era una enorme tienda de productos textiles que vendía de todo y la más exclusiva mercancía traída desde Europa
MAZATLÁN.- Uno de los edificios históricos más elegantes y señoriales de Mazatlán se encuentra en el Centro Histórico desde 1840 ¿sabes cuál es? Estamos hablando de la Mercería Alemana.
El edificio está en la esquina de las calles Belisario Domínguez y Mariano Escobedo. Era una enorme tienda de productos textiles que vendía de todo, desde ferretería, porcelana, juguetes, joyas, relojes y herramientas que permaneció en funcionamiento durante más de 100 años.
La Mercería Alemana era propiedad de Heymann Sucesores, cuyos socios principales eran los Alemanes Luis Volquardsen y Carlos y Alejandro Melchers. Lo más selecto y fino que existía en el mercado de esos tiempos lo encontrabas ahí.
Recordemos que Mazatlán había sido abierto el comercio internacional. Gracias a la actividad minera, el puerto se convirtió en la puerta de entrada de todo tipo de mercancías provenientes de Europa y el Oriente.
El éxito comercial del puerto atrajo la atención de europeos, principalmente alemanes, franceses y españoles, que establecieron aquí sus casas comerciales.
Sus características
En sus tiempos fue de los más elegante y señorial, cuenta con ventanales que denotan el uso comercial que tuvo el inmueble.
El frontón es su principal característica, así como los balcones individuales en su segunda planta, donde por lo general habitaron algunos de sus administradores. Si miras de cerca puedes observar que el trabajo de herrería continua intacto salvo los rastros de salitre.
El declive
Este poderoso negocio, al contrario de otros similares, continuó funcionando hasta el año de 1940, fecha en que cerró sus puertas a causa de la Segunda Guerra Mundial, que limitó sus fuentes de abastecimiento de mercancías desde Europa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el dueño del negocio se vio obligado a cerrar su tienda y abandonar el país.
Hoy el edificio se encuentra en no tan buenas condiciones y aunque ha estado por muchas décadas sin uso, aún se puede disfrutar de su arquitectura.