Maleconeando
De carruajes, arañas y aurigas; así ha evolucionado el transporte en Mazatlán
El transporte público de Mazatlán ha cambiado a lo largo de la historia, pero hoy por hoy uno de los más famosos es la Pulmonía
MAZATLÁN. – ¿Quién no conoce las icónicas pulmonías o aurigas? Ese transporte urbano favorito de locales y turistas que tanto ha brindado identidad a nuestro pueblo; seguro has viajado en ellas cientos de veces por toda la ciudad; y hoy en Punto MX, como nos encanta todo lo referente a Mazatlán, hemos decido contarte la historia de la evolución del transporte.
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Esta comenzó a mediados del siglo XIX, con un carruaje de cuatro asientos para trasladar turistas, gente local y tripulantes de los barcos que aparcaban en el fondeadero (hoy Playa Sur), según lo escribe Don Luis Servo en sus apuntes de 1854 y lo que se puede leer en textos del Archivo Histórico de Mazatlán.
Con el paso de los años esta actividad se fue haciendo popular entre la población, se comenzaron a visualizar por todos lados estos vehículos, por lo que se hizo necesario introducir más, y más modernos hasta que se llegó a constituir uno de los símbolos de Mazatlán, conocidas como las tradicionales “Arañas”.
Fue tanto el auge del transporte, que, a finales del siglo XIX, se creó una ruta de tranvías tirada por mulas, que iban desde el muelle frente a la Aduana, al Astillero, pasando por la Plazuela Machado, y poco tiempo después se amplió hasta el Panteón Municipal.
En 1909, Artur de Cima introdujo en la ciudad un sistema ferroviario el cual viajaba de su estación de las calles del Recreo (hoy Constitución) y Casa Mata (hoy Francisco Serrano), giraba por la calle Nueva (Melchor Ocampo), hasta enfrente de la Cervecería del Pacífico, continuaba por la Calzada 18 de abril (hoy Gabriel Leyva), y detenía su rumbo en la estación (ubicada por el Parque Bonfil), continuaba luego hasta el Panteón Número 03, en donde retornaba.
Los adultos pagaban 5 centavos y los niños menores de 10 años 2 centavos. Este tranvía dejó de funcionar debido a las intensas luchas revolucionarias, allá por 1913.
Poco tiempo después se comenzaron a ver unas pequeñas camionetas tipo Ford, en donde se viajaba casi a la intemperie, acondicionada con asientos en la caja, vehículos a los que llamaban “Camiones Tropicales”.
Las pequeñas arañas apenas y sobrevivieron los embates de la competencia de los camiones y los tranvías y fundaron en 1936 el Sindicato Aurígero. Camioneros y taxistas hicieron lo mismo, pero en 1942, se separaron y se formaron dos grupos más, por un lado, el de camioneros, que duraría hasta 1956, y se convertiría en La Alianza de transportes urbanos y suburbanas y los taxistas por su lado crearían el Sindicato del Volante.
En el último cuarto del siglo XX las arañas dejaron de funcionar, y las Aurigas se motorizaron, dando inicio a las camionetas rojas que conocemos en la actualidad, tomando más o menos una forma parecida a lo que eran los camiones tropicales.
El 20 de diciembre de 1965, hicieron su aparición en Mazatlán unos extraños carritos de tres llantas, que a la postre se convertirían en el transporte más representativo del puerto, las “Pulmonías»”.
Estas fueron traídas a Mazatlán por Miguel Ramírez Urquijo el “Chicharo” como era conocido en la ciudad, poniendo varias unidades a trabajar, las cuales se hicieron populares muy rápido, pues locales y visitantes querían pasearse en estos fascinantes carritos.
Se hicieron tan famosos en tan poco tiempo, que los sindicatos ya existentes buscaban la forma de difamar a estos vehículos, tanto así, que los taxistas paraban a la gente antes de abordarlos y les advertían que eran muy inestables y que, por el hecho de estar descubiertos por todos lados podían contraer una «Pulmonía», aunque poco importaba a la gente que aún así disfrutaban el paseo en estos triciclos motorizados.
Es pues, a partir de este ataque que se les bautizó con el nombre de Pulmonías, apodo con el que se conocen hasta el día de hoy, con unas pequeñas variaciones que se le han hecho por seguridad (como cambiar de tres llantas a cuatro para mejorar la estabilidad) y comodidad del cliente.
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