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La discapacidad no es razón para no tener hijos: Zoyla Velázquez 

Zoyla Velázquez es una madre a la que su discapacidad no la detiene, ya que ella, sin tener piernas, ha sacado adelante a sus hijos, uno de 12 y otro de ocho

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MAZATLÁN. – Existe la falsa creencia de que las mujeres con discapacidad son “incapaces” de ser madres, incluso aunque ya hay muchas que los son y de manera exitosa como la historia de Zoyla Velázquez, quien siempre quiso tener hijos y hace 12 años, su deseo se hizo realidad, ella afrontó este reto con una discapacidad y recientemente como madre soltera. 

En su caso, su condición no fue hereditaria. El origen de su discapacidad fue un accidente de tren que tuvo cuando joven, mismo que le provocó la amputación de ambas piernas, pero para Zoyla, su condición nunca fue impedimento para no salir adelante o luchar por aquellas cosas que anhelaba en su vida.  

¿Que si ha sido difícil? Claro que sí, pero ser madre desde una silla de ruedas le ha permitido comprobar que los hijos no perciben la discapacidad.  

Zoyla cuenta que sus hijos, uno de 12 y otro de ocho años de edad, ven que hace las cosas de manera diferente, pero que al fin del día las lleva a cabo como cualquier otra mamá.  

«Me gusta mucho el trabajo, yo lo disfruto y doy gracias de que puedo trabajar, sobre todo porque puedo hacer lo que quiera a pesar de estar en sillas de ruedas, eso a mí no me limita, no me limita para ser madre». 

Gracias a su trabajo y perseverancia -porque si algo la caracteriza es que nunca se ha dado por vencida-, la ha llevado a lograr mantener a sus hijos sin ayuda. Ella labora en su propio emprendimiento, un bazar de perfumería que se ubica en su casa, desde ahí ella vende y sin ayuda de nadie. Se levanta, prepara desayuno, lleva a sus dos hijos a la escuela y posteriormente se dedica a trabajar en su bazar. 

Foto: Rosina Grave

Explica que constantemente le hacen la pregunta de cómo ha logrado salir adelante después de su trágico accidente, a lo que ella responde siempre con una gran sonrisa que ha aprendido que en esta vida no se necesitan piernas para ser feliz.  

«Yo siempre he dicho que mi discapacidad no me va a limitar, porque sí, me faltan mis piernas, pero gracias a Dios tengo ojos, manos y brazos que me permiten trabajar por mis hijos y por mi pequeña familia. Mi accidente estuvo muy feo, muy fuerte, pero desde entonces vivo la vida con muchísimas más ganas”, concluyó. 

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