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MAZATLÁN.- En medio del “Amor Pagano”, el escritor regiomontano David Toscana recibió el Premio Mazatlán de Literatura 2023, por su novela “El peso de vivir en la tierra”, en la Velada de las Artes, preámbulo al Carnaval Internacional de Mazatlán.

El escritor mencionó que para él, este premio representa la voz de los que no pueden hablar o expresar lo que sienten, y que su misión en su andar, entre palabras y libros ha logrado sellar lo que hoy se presenta.

En manos de la Reina de los Juegos Florales, Uma I y el alcalde Édgar Augusto González Zataráin, le entregaron el reconocimiento del premio, así como el monetario, de parte del comité organizador, de aproximadamente 100 mil pesos, sin embargo, de parte del gobernador Rubén Rocha Moya se le entregó 50 mil pesos más.

Recordemos que el Premio Mazatlán de Literatura fue creado a finales de 1964 para galardonar anualmente a la persona que hubiera producido, en los dominios de la Literatura Mexicana, la obra más sobresaliente en el año.

En la primera edición, el reconocimiento correspondió al poeta José Gorostiza.

“El peso de vivir en la tierra”, es un recorrido por la literatura rusa y celebra a esos valientes escritores que fueron libres en un mundo que no lo era. También nos propone que, a falta de libreto, la vida se deje poseer por el espíritu del arte.

Sobre David Toscana

Es originario de Monterrey, Nuevo León; inició su carrera como escritor de forma tardía y antes de emprender el camino de las letras, se graduó como Ingeniero Industrial y de Sistemas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y posteriormente cursó estudios en la Escuela de Escritores de la Sogem.

Sus influencias literarias incluyen a los clásicos españoles Cervantes y Calderón de la Barca, y los escritores hispanoamericanos Juan Carlos Onetti, Jorge Luis Borges y José Donoso, así como la tradición fantásticas latinoamericana.

El “Amor Pagano” inundó de cachondez el TAP

El escenario del Teatro Ángela Peralta se encendió entre los pasos de flamenco y las castañuelas, con la música a cargo de la Camerata y Enrique Patrón de Rueda y la voz de la Mezzosoprano Sarah Holcombe, logrando atrapar a los presentes.

Pasos firmes pero al mismo tiempo suaves, mientras la Camerata era dirigida con melodías como Amor Brujo y Suite de Carmen, lograron conjuntarse en una velada que más allá de una coreografía, cautivó entre el amor, la pasión, pero también la decepción y la venganza.

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