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Con una notita en un postre, así conquistó Yolanda Andrade a Montserrat Oliver

Monserrat Oliver le platicó a Yordi Rosado que hubo muchos excesos durante su relación con Yolanda Andrade, y por eso terminaron

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Montserrat Oliver y Yolanda Andrade tuvieron una larga relación a principios de los 2000, y aunque ahora -más de dos décadas más tarde- son grandes amigas y compañeras de trabajo, en el momento en que se vieron por primera vez, Oliver experimentó un sentimiento de atracción por su compañera de conducción que la confundió mucho, pues antes de Andrade había estado casada con un hombre, pero la relación no funcionó.

¿Cómo fue la táctica de conquista de Yolanda?

En entrevista con Yordi Rosado, Montserrat Oliver habló de una de las relaciones más importantes de su vida, y no nos referimos sólo al ámbito sentimental, sino al amistoso y laboral, pues a lado de Andrade ha vivido infinidad de acontecimientos, por lo que la conductora aseveró que la conoce muy bien, pero ¿Cómo fue que se conocieron?

Antes que Oliver se dedicara a la televisión, fue modelo. En esa época estuvo casada con Henrick, un joven con quien entabló un noviazgo de cuatro años, antes que se oficiara la ceremonia nupcial y se mudara a vivir con él a Miami. Sin embargo, el matrimonio no resultó ser lo que ella esperaba, al grado que –confió a Yordi- nunca intimaron. Pero no fue hasta pasado un tiempo y con el consejo de su madre y un sacerdote, cuando Montserrat cayó en cuenta que la relación no debía de continuar así, por lo que decidió divorciarse.

El primer encuentro entre Montserrat y Yolanda

Mientras la conductora se encontraba en trámites de divorcio, viajó a México para formar parte de un programa de fin de año, en el que también participaría Yolanda Andrade.

La primera interacción entre ellas sucedió en una comida –donde se encontraba parte del equipo de producción-, fue en ese momento cuando Andrade se acercó a ella y tuvo un poco de contacto corporal, generando una sensación de nerviosismo en Montserrat. Lo que significó «un trauma» para Oliver, pues pensaba que si se sentía atraída por una mujer, era producto de la relación fallida que había sostenido con el hombre con que se había casado.

«Yo sentí algo raro y yo dije: -No´más faltara que me (fije) en una mujer porque me tienen supermal atendida y me superasusté», reconoció.

Las sensaciones que Yolanda Andrade despertó en ella fueron tales, que se retiró de la comida lo antes posible y regresó a su camerino, pero antes de eso había comentado con las y los comensales que no podía acabar una comida, si luego del plato fuerte no probaba un postre, comentario que fue tomado en cuenta por Andrade, por lo que le mandó a su camerino una variedad de postres para que Montserrat eligiese el que más le apeteciera.

Junto con los postres –detalló la conductora- había una nota escrita por Andrade que decía «Felicidades por tenerme», junto con su teléfono. Luego de un rato, Oliver se animó a llamarla para agradecerle el detalle que había tenido. Durante la conversación, Yolanda propuso que se vieran en otra ocasión y la conductora aceptó, de ahí sobrevino una relación amorosa –dimensionó- de entre ocho a 10 años.

En el tiempo que compartieron, Oliver recordó que ella fue la que dio el primer beso y con el tiempo, Yolanda la invitó a irse a vivir con ella y su hermana Cecilia, en su casa de Phoenix, EU. Tiempo más tarde, se mudaron juntas a México y comenzaron con el show de Telehit «Las hijas de la madre Tierra» –que comenzó en marzo del 2000-. Sin embargo, a lo largo de su relación hubo muchas diferencias que –inevitablemente- acabaron su relación: «Hubo excesos que a mí no me gustaban» y se separaron, pero no se distanciaron.

Montserrat y Yolanda continuaron con las grabaciones del programa, aunque fuera de cámaras era difícil lidiar con ver todos los días a su expareja, sobre todo cuando Andrade ya había comenzado otra relación, luego de salir de «Big Brother», ya que su pareja actual «la tenían cortita, no la dejaban hacer nada», por lo que casi no podía interactuar con Oliver. Pero el tiempo pasó y las heridas sanaron, al punto que, todavía hoy, siguen siendo compañeras de programa y se guardan gran admiración y respeto.

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