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MAZATLÁN. – Rituales y posesiones diabólicas, eso es lo que dice que hay detrás de la famosa casa de Reed Erickson, una leyenda que a principios de los años 2000s se comenzó a popularizar, pues se dice que en dicho lugar invadía el miedo y el terror.  

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Pero, ¿Quién fue Erickson? De acuerdo con el cronista oficial de Mazatlán, y diversas páginas como WikiPedia, era un transexual reconocido por obras de filantropía. Nació siendo mujer, su nombre era Rita y tenía dinero de sobra. Fue la primera mujer en titularse como Ingeniera Mecánica en el Estado de Louisinana, EE.UU. Erickson comenzó su transición a hombre en 1963. Una vez que tuvo su apariencia física deseada, cambió su nombre a Reed y comenzó a vivir la vida que siempre quiso ayudando a conseguir derechos para la comunidad LGBTTTIQ+.

Reed Erickson llegó a Mazatlán por azares del destino. Su casa se encontraba en una de las zonas residenciales más exclusivas de la ciudad, el fraccionamiento El Dorado.  En ese momento era una mansión que destacaba puesto que no había casa similar a esa. Él llamaba a su hogar “Love Joy Palace” y vivía junto a su esposa, sus dos hijos y el famoso Henry, su leopardo.  

Lo espeluznante del caso se empezó a difundir, cuando la casa ya estaba deshabitada, después de que Reed falleció en 1992 a causa del uso ilegal de drogas.

El lugar era utilizado para el encuentro de personas que iban a explorar, ellas juraban haber visto y escuchado cosas macabras en la zona, hasta se decía que en los pisos y paredes había marcas de una secta satánica, así como un cuarto especial donde se realizaban los sacrificios humanos.  

Vega Ayala señala que cuando la casa estaba habitada, ningún vecino o alguna otra persona tuvo algún referente de lo que decían después los rumores y chismes.  

“No hay evidencia alguna, únicamente suposiciones execrables. Lo lamentable de este relato de espantos es descubrir su sustento en prejuicios y aversiones a lo diferente, a lo que era exótico y diferente en ese momento”, expresó.

Era seguidor del fenómeno de los ovnis, de los estudios sobre estados de conciencia y de la medicina alternativa. Reed se casó cuatro veces, y falleció a los 74 años.

En Estados Unidos a Reed se le conoció como un poderoso benefactor. A través de fundación hizo donaciones económicas para la investigación médica y psicológica sobre la identidad sexual y homosexualidad. Algo totalmente diferente por lo que se le conocía aquí en Mazatlán.  

El municipio le sirvió de asilo mientras se recuperaba de su adicción a las drogas y también le ayudó como refugio para esconderse de la justicia norteamericana que lo buscaba por posesión de drogas y uso de estupefacientes.  

Su muerte 

Se dice que Reed murió en México en 1992 por cáncer, a consecuencia de los efectos que le dejaron las drogas. Sin precisar la información se cree que está enterrado aquí en alguno de los cementerios de Mazatlán.  

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