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MAZATLÁN.- “Es un acto humanitario donde no juegas a ser Dios, pero sí juegas a tener los dados en la mano y a echarle la suerte a los personajes”, esto es lo que significa escribir para Samuel Parra. 

Un mazatleco que desde pequeño, gracias a una enciclopedia marina y a la curiosidad, descubrió su pasión por la lectura y la escritura.  Ya en primaria, Samuel se dedicaría a dibujar historietas de superhéroes, una manera más de acercarse a lo que era la literatura como relator. 

“Estos libros se convirtieron para mí en una ventana para contar historias porque a través de esas ilustraciones nos daba una perspectiva de las historias que se podían crear”.  

Pero fue en la prepa cuando se enamoró por completo de esta disciplina y, de la mano de su autor favorito Oscar Wilde, se motivó para convertirse en el gran escritor que es ahora. 

La manera de escribir del irlandés y su forma de burlarse de la aristocracia, lo influenciaron para determinar su forma de escribir, una que es sarcástica y sadista; razón por la que ha sido señalado en algunas ocasiones. 

Estando en la universidad comenzó a trabajar en un periódico local, donde se dedicó a trabajar buscando la historia; la rutina de todos sus días era visitar las colonias populares y marginadas de Mazatlán para encontrarse con una historia digna de ser redactada y publicada en el diario. 

Y aunque era algo que le fascinaba, al paso del tiempo eso lo saturó; después de algunos años, dejó los medios de comunicación y se internó en una clínica para habilitarse debido a que estaba pasando por fuertes problemas mentales y físicos. De ahí nació su primer libro que tituló como “La piel de un adicto”. 

El escritor mazatleco escribió la novela después de haber tenido la experiencia de estar en una clínica de rehabilitación donde la comida era el detonante de sus emociones, puesto que aceptó que era comedor compulsivo y que tenía problemas con la bulimia. 

La novela recibió el Premio “Memoria en el Alma” que entrega la Academia de Letras de la India por haber destacado en su narrativa y proyección de personajes. 

Para Samuel, el escribir lo transporta a otro lugar, un lugar donde puede ser testigo de diferentes historias.  

“Yo cuando escribo siento que me desprendo, que puedo ser testigo de una anécdota, de un lugar donde no conozco y que siempre estoy caminando alrededor por esa zona, siempre por la orilla para ser lo más objetivo posible”. 

Sobre Samuel Parra  

El nació el 5 de octubre de 1982. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Sinaloa y fue becado por la Fundación Prensa y Democracia para realizar una estadía académica en la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe. Desde el 2001 ha trabajado como reportero para medios nacionales como Periódico Noroeste, Expreso de Sonora, Revista Emeequis, El Sol de Aguascalientes y La Voz de Michoacán.  

Es escritor de los libros Cuando Escribir Duele y la Puerta del Dolor. Ganó el Premio “Memoria en el Alma” que entrega la Academia de Letras de India por su obra “En la Piel de un Adicto” durante la selección 38 de novelas internacionales. 

Como autor, sus libros han sido premiados, editados y distribuidos en países como India, Colombia o Cuba; y ha creado proyectos editoriales como “A través del espejo”, una antología de cuento, poesía y ensayo que expone los impactos del Covid-19 y que cuenta con la presencia de escritores y escritoras de Armenia, España, Chile, Ecuador, República Dominicana, Italia, República del Congo o Guyana Francesa y que incluye plumas como las de Elmer Mendoza, Juan José Rodríguez, Jorge Fabricio Hernández, Mónica Maristain, Rafael Grillo o Luis Guillermo Hernández. 

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