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MAZATLÁN. – Los temas migratorios son complejos, algunos huyen de la violencia, otros por temas políticos y otros por la pobreza extrema en la que viven, sobre todo, los países centroamericanos y sudamericanos, quienes han encontrado en Mazatlán un “segundo aire” y una nueva oportunidad para salir adelante.  

Omar Lizárraga, presidente de la asociación Mazatlán Fraterno, mencionó que existen entre 150 y 200 haitianos que están viviendo en el puerto, la mayoría con visa humanitaria y que ya están integrados en el campo laboral, sobre todo, en la construcción y en el sector de servicios.  

“Su principal objetivo es llegar a Estados Unidos, pero muchos también se quedan en el trayecto. Es difícil saber cuántos se han establecido permanentemente o semipermanente porque los registros se hacen en el sur, según los registros existen entre 150 y 200 haitianos, que principalmente están trabajando en la construcción y los servicios”, comentó.  

Es por su baja escolaridad y su poca pronunciación al español, añadió el investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que algunos ven dificultades para encontrar trabajo, sin embargo, se han convertido en comunidades que se apoyan y entre ellos mismos se ayudan a encontrar oportunidades laborales.  

Mazatlán, su segundo hogar  

Lizárraga Morales explicó que, según las encuestas en sus investigaciones, las respuestas de la comunidad haitiana coinciden en que Mazatlán les abrió las puertas, les dio oportunidades y nadie los ha discriminado, al contrario, los han apoyado sin distinción, sintiéndose parte del puerto.  

“Para ellos, Mazatlán es un lugar seguro y no es racista como otras ciudades que sí han discriminado. Han logrado integrarse a la sociedad mazatleca, integración social se refiere al respeto y tolerancia mutua, en ese sentido, los mazatlecos han respetado y han abierto oportunidades”, dijo.  

En la asociación, añadió que han logrado reunir alimentos y ropa para donárselas de vez en cuando y han dado seguimiento de sus actividades. Incluso, están en la búsqueda de la integración de infantes a las escuelas, a través de la misma Secretaría de Educación Pública.  

También, iniciarán con la investigación del acceso a los servicios de salud, pues desconoce, si ya integrados al campo laboral, tienen prestaciones, al menos provisionales, como el Seguro Social.  

Una vez cumplidos el año de residencia, tendrán que renovar su visa humanitaria, en caso de que vayan a querer quedarse a vivir más tiempo en Mazatlán. Este trámite para ellos no tiene costo y se les entrega a extranjeros víctimas de catástrofe naturales o violencia, cuya vida o integridad se encuentre en peligro o bien que ingrese para realizar acciones de auxilio o rescate en situaciones de emergencia en el país o atender a un familiar por encontrarse en estado grave de salud.  

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