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Algunas veces, mirarse y besarse es comenzar a cantar

Beridze es lectora desde muy joven de Ajmátova, reconoce que su generación fue marcada por los versos, sobre todo los amorosos, de su primer libro, La Tarde.

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Algunas veces, mirarse y besarse es comenzar a cantar, escribió Anna Ajmátova, poeta rusa nacida en 1889 y que aún vive, al recordar un beso del artista plástico Amedeo Modigliani, con quien mantuvo una relación amorosa a principios del siglo XX que la hizo confiar más en su genialidad. Alberto Ruy Sánchez nos entrega, El Expediente Anna Ajmátova, novela publicada por Alfaguara del grupo Penguin Random House, en octubre de 2021, en México. Es un libro que de inmediato despierta la curiosidad por la fama de Ajmátova, que fue perseguida por Stalin al grado de prohibirle escribir. Quiero decirles que el interés se incrementa cuando quien cuenta esta historia es la agente de la policía secreta encargada de vigilarla, de estudiar su voluminoso expediente e intentar descubrir por qué Stalin, que de joven había sido poeta, tiene tanto interés en Anna.

Anna Ajmátova es ucraniana, región que en estos momentos está en vilo. La agente Vera Tamara Beridze es comisionada por Stalin para vigilar a esta reconocida poeta de la que quiere saber todo. ¿Por qué? Se pregunta la agente y también el lector. Descubrir ese impulso se convierte en uno de los hilos conductores de la novela. Beridze es lectora desde muy joven de Ajmátova, reconoce que su generación fue marcada por los versos, sobre todo los amorosos, de su primer libro, La Tarde, publicado en marzo de 1912. Cuenta que ella y sus amigas se sabían poemas de memoria y sentían que Ajmátova de alguna manera era parte de ellas, de su esencia humana. Su jefe inmediato ignoraba esta cercanía, sólo puso a su disposición una mesa llena de papeles escritos por otros vigilantes de los que sacó conclusiones que compartió con Stalin. Nos cuenta que en cada reunión, la actitud del dictador era distinta, mientras ella pensaba ¿por qué este poderoso hombre, dueño de vidas, que mantiene como prisión el Gulag, tiene tanto interés en la poeta? Encontrar la respuesta es un banquete, al que por supuesto están invitados

Alberto Ruy Sánchez es mexicano, y después de Elisa Carrillo es la persona que mejor baila. Es probablemente el escritor contemporáneo que mejor consigue un aliento poético en su narrativa. Navega con un ritmo suave que es una invitación a habitar sus libros. En el caso de esta novela, ese aspecto es notable, puesto que el personaje es una poeta y la narradora reconoce que los sueños de Anna se meten en los suyos y, sin duda, en los de Alberto, cuya sensibilidad y sólida formación son su mejor recurso como un escritor de primera línea.

Les cuento que la novela tiene líneas muy inquietantes debidas a la transición política ocurrida en Rusia en la época de Anna, que pasó del zarismo al gobierno de los mencheviques, después derrocados por los bolcheviques dirigidos por Lenin, que regresó del exilio e impuso un régimen donde todo el poder era para los Soviets, que incluyó numerosos asesinatos y expulsiones de científicos, artistas, periodistas, escritores, empresarios y de todos aquellos que se sospechara que estaban en contra. Ruy Sánchez menciona lo anterior como parte del contexto donde Anna Ajmátova, una gran poeta, debió vivir amenazada, con prohibiciones y en la pobreza. La historia se repite, no como decía Marx, sino como una profunda tragedia que pauperiza en todos los aspectos. En fin, El expediente Anna Ajmátova es una gran novela que sin duda ennoblece más la narrativa mexicana contemporánea. Disfrútenla y no teman, como dice Anna: «Amar es robarse mutuamente la luz». A poco no.

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